• Ritual nocturno •

Al esconderse el sol y aparecer la luna
Cuando el cielo se torna gris, casi negro
Las manecillas del reloj parecen acusarme
Me señalan obviando mi falso dormitar.

Postrada, casi aventada obligatoriamente
En una cama improvisada, me pierdo
Debajo de las mantas, que pretenden calentar,
A este cuerpo frío a este cascarón de hastío.

La noche procura ser corta pero se hace eterna
Cuando mis pies fríos intentan encontrar calor
Cuando mis manos buscan rincones tibios
De entre todo, la nada.

Es un ritual nocturno casi dogmático
Cada noche desde hace 28 días, es igual
Pretender dormir, fingir despertar…
Beber a cucharadas el dolor de mi ser.

Noche a noche me revuelco en un colchón
Dando vueltas, volteretas, silenciando mí pensar
Encarcelando lágrimas, deseos, impaciencia
Intentando maquillar mi lúgubre rostro.

Es el ritual nocturno de esta que ahora soy
Un bulto debajo de las mantas, escondido
Tratando de ignorar las voces que me atormentan
Los pensamientos que me destrozan, pretendiendo.

He visto tantos amaneceres tristes, solitarios
Escuchado tanto silencio, rasgado tanta carne
He expulsado gritos en mi almohada, golpes, impotencia.
Procurando ensayar la mejor sonrisa, la menos falsa.

Al amanecer, me levanto con los ojos colgados
Con el cuerpo cansado, escuchando un latir deleznable
Apenas un tinte del recuerdo en cenizas, caminó
Cada mañana observo el estado moribundo de mi alma.

Un ritual nocturno casi reproche, patear el cuerpo
De pie, con todo ensayado para este teatro sediento
Escupo a cuajarones, en trozos, en coágulos, mi sangre
Sigilosa, observando que a pedazos se me sale el corazón
Por la boca, ese mi ritual diurno.

Viviana Nevárez