Entradas

Mostrando entradas de julio, 2012

• De aquellas noches, en ti •

Imagen
Contaré lo que escondes cada noche: esa manía tuya por revolverlo todo, beber, beber hasta creer que olvidas; volver y volver para sentirte igual. Y no voy a dedicarte letras, frases que han sido manipuladas por mis heridos sentimientos por mis sentidos pensamientos. Voy a contarte a ti todo lo que no te cuento como querer decir que te quiero aunque no te encuentre, aunque estés tan lejos. Que sea la noche el último testigo de aquella primera noche, de aquel estúpido beso. De tu casa, de tu cama y ese cuarto. No es excusa el alcohol ni tu duelo. Es pretexto tu sonrisa boba a mitad de la noche y sollozar debajo de las sábanas; pero que no sepa el mundo lo que fuimos. Un instante que se perdió en el abismo un pequeño respiro y un enorme suspiro, la mitad de todas tus miradas; tu copa vacía pero tus manos llenas. Voy y me voy porque así lo decido después de todos tus silencios después de todas tus caricias; en un mundo gigantesco nada

•Después, después •

Imagen
Después se metió el sol y se asomó la luna en el último suspiro me encontré solitaria, y es que nadie me ha enfrentado, ni nada; y yo que no he querido ya, buscarme. Atrás, coleccionando rastros de los días pasados cuando era tu rostro espejo del mío cuando en tu cama dibujamos espasmos, y había guerras cada mañana. Se ha quedado todo en nada,  en recuerdo como muleta rota, inservible. Falso el remedio. Es ésta enfermedad la que padezco de letras, de pensamientos. Por un hombre, dicen todos. Por todos, digo yo, porque no hay calma, hay sólo tormenta y tormentos en mi habitación. Escasa de llantos, escasa de amor. Después me bebo otro tequila, un poco de vino; cualquier sedante. Pretendo alongar mis vicios, convertirlos en constantes. Los vicios son el circo de ésta simulación en la que vivo. La última gota de alcohol, me siento igual, con el tiempo que se queda conmigo. Con el tiempo que se quedo contigo. Píldoras, con ellas atraigo el sueño, arranco

• ¿Y qué si…? •

Imagen
No vas a entender mis pensamientos la manera en que te busco a media noche, quizás deseándote en secreto. A tu recuerdo no me aferro, no eres pasado no has dejado de ser presente, de vez en cuando; nos vamos y nos perdemos. Uno del otro como medrando el tiempo. Vuelvo atrás para contar los meses que han pasado la velocidad con que tomaste otros brazos, en un pueblo pequeño una mujer ingenua; a veces pienso que eso deseas. Necesitas… Puerto seguro para tu embarcación inestable tierras fértiles para tu deseo de macho, siempre me pareciste aterrador, con toda esa seguridad. ¿Y qué si te digo que te quiero? Que odio ver tus fotografías al lado de tu reciente adquisición, otra modelo de monitor, de noches y conversaciones largas; otro algoritmo que de vez en meses se convierte en piel. ¿Y qué si a veces pienso en comenzar de nuevo? Y desempolvo aquella foto (que nunca te di) donde nos damos un beso, donde escribí temblorosa: ¿

• Te esperé •

Imagen
Te esperé como si fueras a volver en la misma ciudad, en el mismo sitio y hasta dudé en cambiarme la ropa, por aquello de que no me fueras a reconocer. Puse mi mejor sonrisa, preparé un discurso el mejor de todos. Un poema  te escribí sin rimas sin sistemas. Con los brazos abiertos, esperé; para abrazarte fuerte. Ya no mido el tiempo en horas, días, meses, pero hace ya varias lunas que te espero y muchos, demasiados soles. No llegas. Me da miedo no verte volver por mi puerta imaginaria. Soy una extraña en una ciudad conocida. Un muerto entre los vivos, un adorno descompuesto; la mitad de algo o nada. Porque te espero, como si aún me quisieras. En el remoto caso que no vuelvas te pido mis recuerdos, todos. Las cartas, las letras, todas las fotografías, todas las vivencias. No te quedes con nada, no me llevaré el polvo. Te esperé, en pasado para que crean que ya no lo hago para engañar a quienes me señalan;  los que se burlan. Ellos que saben que no