• Audacia nocturna •
No importa el tiempo que pase vienes y yo te recibo, suave, húmeda; ardiente como recibe el sol, la brisa. Tienes la llave yo el portón y buscamos la excusa una noche cada noche todas... De tu vientre emana el deseo que baja por tus muslos, de golpe se posa en tu falo digna arma para iniciar batalla. No sé cómo llamarte, amoroso, amante e infame harás de tu nombre antónimo para volar hasta mi pecho. ¿Qué hacer si tus manos son mi hoguera? Fuego creciente, me fundes entre caricias soeces; de miel y flor de aceite. No importa que estallemos, en gritos, ocultos cual amantes; perezosos al marcharnos jamás distantes. Vendrás siguiendo mis piernas para regar con tu sexo mi sexo de vodka tu sudor, el mío; y de humo tus besos prohibidos. Viviana Nevárez