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Mostrando entradas de septiembre, 2010

- Un mar de madrugada -

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De madrugada llore un mar, debajo de las sábanas para no levantar sospechas; para no perturbar a los muertos que se sientan en mi cama. Entonando cada sollozo, las agujas del reloj, a paso firme el tiempo marchitando los segundos. Ahí el mundo es un puño de papel mojado, de agua salada que inunda los ojos. Como se inundan las casas de tantos, y las ilusiones; pueblos enteros consumidos. Como se consumen los sueños de los niños, la promesa de un futuro que se encuentra inalcanzable, corrompidos por el interés; las promesas son engaños. Como aquel que devora la inocencia, que arranca las ropas de cuerpos pequeños y lacera vidas, vidas que se pierden a cada instante, entre letra y frase. Interminable, el deseo vulgar de animales sin rumbo, animal figurativo, que somete a la mujer necesitada, sexo por empleo, sexo por un puesto, sexo por sexo, sexo porque quiero. Mordaza impuesta entre los labios de tantas, y tantos; que caminan con la miraba baja, entre ofensas e insultos; humillaciones d

• Pretensiones •

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• Pretensiones • I Tengo más que una duda para ti y tu egoísmo creer tener el derecho para cuestionarme, que valor el tuyo y que ganas... Puedo morir al rato y pasaran los meses, sin ti, y vuelves para buscar respuestas ¿qué pretendes tú? ¿ir y venir como si nada, y hacer de mi tu esclava? Te diré lo que ya sabes, por si lo has olvidado: para pretensiones tu manía de creerme insensible, muñeca de trapo, catador de remordimientos. No me interesan tus inquietudes, presuntuosas habrás de preocuparte por tu vida solamente, al sentirte acorralado saltarás cobardemente. II No te daré, ni razones ni motivos para leerme mis letras son muy mías , ni de otro ni de nadie ideas que he sembrado en mis desvelos... Sangre de mis ojos agotados, desterrados, por andar llorándote de madrugada; por la omisión, el amigo eterno de la mentira. Para pretensiones ni mis frases ni los lamentos por darte algún ejemplo, hablo y digo cuando quiera; en eso ahora nos distinguimos; amor de mis angustias. III Ni pr

• Ángel •

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• Ángel • El tono de tu piel es justo, celestial, de ángel sólo tienes alas y nombre vestimenta para adornar tu hambre hombre, vehemente. Tus caricias cual plumas, suaves, constantes pero arden al instante desde tu vientre paciente, tibio; hierve tu sangre ángel, demonio. Vienes y vas como el aire, sensato entre atiborradas ganas te escondes sometes mis ansias a tu espera, vil; ebrio del sexo de ayer. Ángel, en tu pecho crece una duda, quistes que sostienes en tus manos que muestras en oscuras noches en cuartos de grandes fantasías. Te bebes mis besos, sediento, voraz, yo saboreo tus labios prohibidos entre gritos y denudes, brazas ardiendo quema por dentro tu carne a mi cuerpo. Explotas y resurges como ave fénix sobre mis senos que sostienes aferrado arremetes reafirmándote demonio, esparces saciedad jadeante, complacido. Hombre, te fumas historias sobre la cama y bebes cual vodka restos de la faena; ángel te elevas sobre mi ser extendido incitando tu lujuria al desafío. ¡Una vez más!

• De extrañarte tanto •

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• De extrañarte tanto • Creí que sería fácil ignorar los días y engañar al tiempo sedar un poco los sentimientos para no pensarte, caminé segura con la idea errónea de sentirme fuerte; de extrañarte tanto se inundo mi vida y ahora tengo océano. Aguas donde sumerjo las noches para olvidar el idilio y quedarme con el corazón desierto, si se puede muerto, no poder despertar y lanzarme al abismo, olvidarte y ya; poner en claro la distancia, hacerle juicio al desencanto. Sacarme los ojos para no verte en cada espacio de mi cuerpo, y negarme a tus brazos de hombre imperfecto, pero ideal; porque recoges los versos de algún manantial, tesoros míos: las horas y los meses. Y el día en que te espero... ... No llegarás porque no has querido emprender el viaje y tal vez yo no regrese contigo. Del amor que siento dentro, las ganas de tenerte cerca, sin metáforas de por medio tan cerca que respiremos el mismo aire. Sentirte más dentro que fuera, abrazarme a tus caderas para suspendernos en el tiempo