Sobre la desesperación
Sobre la desesperación 1. Yo también, como cualquiera, he decidido declararme totalmente loca. ¿Cómo seguir cuerdo en un mundo que hace mucho tiempo dejó de ser coherente? Sin más, ¡estoy harta! Cansada de respirar, de ser lo que soy, somos, fuimos, seremos… ya no hay noches tranquilas ni días radiantes. Afuera (y adentro también) los hombres se destrozan como si no existieras ni tu ni yo, allá, ahí, aquí las mentiras juegan a ser verdad y todos cerramos los ojos para entonar tu canción favorita. ¡Ah, qué ente, ser, dios, estará riéndose de nosotros los mortales, los astutos, los pensantes! Aquí no hay nada, siempre será la misma función. Actores que van y vienen, disfraces y caretas nos entretienen. Hace mucho tiempo deje de pensar, pero aún escucho, observo y guardo silencio porque mi voz se ha contaminado; de ellos de todos esos asquerosos fantasmas, de esos nombres impresos que impresionan al intelectual que ocupan al estudiante y afligen al sabio. ¡Que seguros los hombre