Entradas

Mostrando entradas de 2010

• Invierno sombrío •

Imagen
Son los días que pasan y yo me voy me alejo porque es mejor, ya no soy no estoy para el abrazo matutino o el beso de ocasión. Me gusta sentir mis pies desnudos callar si quiero, y gritar, ¡yo ya no puedo volar más! de promesas me agote, de ilusiones. ¡Qué pereza hacer verdad de la mentira! reunir cenizas o escombros, intentar unir partes, coincidir; fui fantasma de hace tiempo. Soy. A los daños en mi cuerpo, agradezco; la necedad por no sentir de nuevo no dar lo que ha de darse para morir, morir mil veces y resucitar. Son las noches en que duermo cuando me falta aire para respirar valor para continuar, ganas para despertar un día más. Del invierno sombrío, las dudas, de un pasado tan presente memorias que te acosan recuerdos que yo guardo, impertinente. Muerto como el deseo inexistente acabado, ausente; somos sombras retazos de otros, otras… cansancio atiborrado, marchito. Viviana Nevárez

• Alegato a la distancia•

Imagen
Aquí varada entre tanta gente como si el mundo me dijera algo o todo, y yo me niegue a no verte espero, como se espera el eterno. Cansada de carecer de alas de volar sí, pero distinto; harta de la burocracia del papeleo que es tenerte. ¿A quién le reclamo tu lejanía? ¿Quién carajos me dará la paz? eso que predican los soñadores, no soy de meras palabras... A mí me gusta sentirte real llamarte a casa para que vengas decirte que olvides, exclamarte, ser un segundo lleno de instantes. ¡Ah, pero este corazón terco! éste infante etéreo, éste músculo; ¿Quién le ha llamado así? ¿Quién ha hecho de él un icono? ¡Que vulgaridad este viaje! Enojados con los ineptos porque no traen tú casa a la mía o reducen el tiempo a la nada ¿por qué no te siento a destiempo? Es mi alegato a la distancia a mis enfermedades innatas el desenlace en la cuna en espera, espera del perfecto. Viviana Nevárez

• No ha de importar •

Imagen
Te miro pasar al atardecer de tu piel de madrugada, del amanecer en tus ojos el deseo de verte otra vez. No ha de importarme esperar cada tarde en una esquina, no ha de importarme llorar cada noche en un rincón. Si ha de ser en tu morada en tus diluvios de emoción, bajo tu cuerpo desnudo sobra la expresión del amor. El ícono malbaratado, el color de la pasión sobre tus brazos penderá la tan fallida ilusión. El desencanto al desamor la promesa del jamás dar la vuelta y retirarse para no sentir dolor. No ha de importar, no, que en la huida me desangre por negarme a la quimera a tus versos vagabundos … Recostarme en soledad a colorear los silencios, no ha de importarme que: el tiempo me exclame: ¡Cobarde! Viviana Nevárez

• Dos razones •

Imagen
Dos razones o más para ser una sombra remedo de tu boca del hechizo suspendido. Tu torso al descubierto la vulnerabilidad de ayer ser el miedo que sujetas el recuerdo y el placer. Tus manos indomables la sed que no se agota ser tus desvelos cansados el suspiro matutino. Mirarte mirarme es motivo para no poseer el tiempo para no depender de esto, no enamorarnos tanto. Dos razones para el amor dos palabras tan vanidosas te amo lanzado al viento enraizado entre el lamento. Por tu ausencia suscitada cuando se marcha el sol bajo el atardecer dorado te pierdes, yo me voy... Viviana Nevárez

• Estática •

Imagen
Como azúcar en la lengua así se fueron tus besos, de lo dulce al inexistente al recuerdo en las papilas. Sensación casi olvidada y esas ganas de tus labios, suave elixir o veneno; amapola de la noche. En cada rincón, la estela, el humo de nuestras bocas demonios para los otros; perpetuación nuestra. Tus ojos que fueron míos espejismos en el cielo, reflejo de estrellas; mundano placer. Estática en tus muslos así pasaba la noche y eran años que se iban, como un segundo de dulzor. Se han ido como arena, como el viento, pasajero; ahora orugas y no mariposas trozos de papel mojado. Mar de lagrimas, esferas, sobre el colchón intacto pues aquí vive el insomnio; él no duerme y le acompaño. Estática casi inerte… Viviana Nevárez

• Olvidemos •

Imagen
Cada caricia que se anido los días de cansancio, todos, el rechazo ridículo al sexo olvidemos que existimos. Olvidémonos, uno al otro, esa es tu idea para sanar; mentir una vez más, agravar para sosegar tus mañas. Si vas a olvidarme, mátame, para no quedarme con esto poder exhalar, al fin sonreír descansar tranquila, morir. Saciar la culpa que te aqueja la que utilizas como escudo para ofender el recuerdo azotar mi alma, o lo que era. Olvidemos que fuimos todo que caminamos de la mano que a ella le decías vulgar, desesperada, pedestre. Que te daba risa su andar su papel barato, el mal gusto pero eso lo sabes y lo callas porque estas atrapado, exánime. Olvidemos pues tus desplantes cada error y abatimiento omitamos las verdades para que crea que le amas. Ha de ser muy cierto repetir hasta creerlo, si así enuncias cada noche para no aclamarle mi nombre. Olvidemos lo que fuimos lo que somos, negarnos , de una vez por todas. ¡Entiérrame! Sujeta más que tu sexo, tu valentía, desierta. Vivia

• A ti mujer •

Imagen
No pensarás que te he olvidado extraño la manera en que hablamos, amiga, diosa, pero no pude amarte; a ti mujer de imágenes prodigiosas. En tus manos encontré tantas respuestas las que obsequiabas sin pedir nada, y con el tiempo, ese mendigo; nos traiciono, no poseo nada de ti. Pude amarte en otro espacio, lugar, en un universo distinto; sin prisas… donde yo no fuese de alas negras, cadáver, una pequeña que rescatabas. Si hubiese visto tus caderas con deseo con esa pasión que une a los cuerpos, aunque fuera un sólo día; entregarte más que lágrimas y travesuras. A ti mujer, de mirada perversa y versos siempre vasta de silencios, ajena tan lejana como el intento de ser amantes, de darnos besos, sexo, amor. Me hace falta tu amistad en este escenario el recelo del momento, las discusiones, a ti mujer, que te has ido ya dos veces y no sé cómo llamarte sin desaires. Tal vez, en una noche de otros nombres, con luces tenues casi oscuridad me enamoraba de tu hermetismo, del orgullo que cargas

• El reproche •

Imagen
¿Por qué a mí y no a ella? ¿Por qué? si con el tiempo aún navego este sabor y ando asesinando ilusiones ajenas, el reproche por ser ahora mutismo. No callada, sino ausente, casi muerta con este odio hacia mí por seguir de pie con esta rabia por darte todo… Quedarme hueca, ser menos que vacío, porque no pasa nada no siento nada no me importa nada, no soy nada, el reproche es por haberte conocido. Por dejarme medio viva, por no concluir es esta agonía permanente que me heredaste y cada palabra enmarañada en mi garganta. Es querer saltar de un puente y marchitarme borrar el paso de aquel hombre incierto, ebrio, de sus besos etílicos y lengua de humo; es el cuerpo que no tengo, que está enfermo. Las píldoras de cada noche, para dormir o aparentar el sueño. El reproche es por mi desdén, por sacarme los ojos con los dedos. Son los golpes contra la almohada, el grito como si así se fueran mis lamentos; es el dolo, el capricho estúpido, el valor que me falta es más bien miedo, por los otr

• No se escribir el amor •

Imagen
No se escribir el amor y por eso te pierdo porque no busco perlas para posar en mi cuerpo ni cristales para adornar esta jaula yo no sé hacer promesas; las he olvidado. Por eso, no te digo el amor cada noche, yo no bailo para suspirar en tu oído y mentirte, decirte que te amo mientras bostezo o miró por condición a otro hombre, o mujer. Estoy casi segura, de que no iluminaré tus días y digo casi porque el absoluto es ingenuo tal vez las noches no sean tan frías o someras y no me pierda entre los muertos de siempre. No sé escribir el amor como lo escriben todos con tintas de colores y corazón de algodón, no encuentro sonrisas en el parque ni canciones o danzas de la nada con coreografías de musical. No sé, y no quiero saberlo; para no arruinarlo todo con las típicas frases de revista, a veces útiles, cuando llegan tiempos de ansiedad, idiotas, como esos que reciclan la palabra con un gesto intelectual. Es impredecible lo que haré mañana al despertar después de dormir juntos, de rozar la

• Debiste •

Imagen
A estas alturas puede que esté de sobra decirte que debiste quedarte en tu sitio, no acercarte a mí como un niño hambriento para no tomarte entre mis brazos. Sé, de alguna manera, que lo digo muy tarde cuando me has dado más que amor, silencios y yo te he correspondido igual; sé que he muerto que a veces con tus besos intentas revivirme. Debiste mirarme y decir: ¡ hola! seguido del ¡adiós! para quedar como recuerdo, como incógnita de no saber que hubiese sido, de soñar; mejor que ser pesadilla y alborotos del corazón. No llegaremos lejos con tu ansiedad de hombre, tus celos, esos que guardas clandestinamente entre tu orgullo, debajo del valor ficticio, para decir la nada, fruncir el seño y forzar la sonrisa. Disculparás mi tibieza, quizás, más ironía, pero debiste anunciar que cargarías todo mi pasado: para no decirte que pienso y siento, que soy lamento y que no te enteres que antes se fueron por aburrimiento. Debiste cerrar los ojos, dar la vuelta, para no creerme que mis delirios no

• Tentación •

Imagen
Voy a decirte que evito tus ojos, tus letras, el encuentro que se pospone casi por gusto por prolongar el instante, la tentación; y es que tienes en tus manos adicción. He de llamarte de mil formas, tú lo sabes, para que nadie se entere cuál es tu nombre en que lugares y a que deshoras me provocas y yo hacer de cuenta que eres nadie. Saborear tus besos por las noches, desearte como si no hubiera otro hombre o mujer, como si en tu cuerpo no existieran los efectos, porque en tu cama no hay tiempo ni recuerdo. Llamarte tentación o desconocido, condenarme y convertirte en ángel o demonio; peligro latente para saltar sin pensarte. ¿Qué será de tus ojos, de la mirada culposa que cargas a todas partes? Yo, en tu morbo pierdo la consciencia, y eso que llaman moral, tú que eres tú … cuando quieres, o nos sobra el tiempo, huimos; de todas estas cosas inertes. Déjame recordar que tenemos un contrato que entre juegos y desvelos nos amamos un rato para olvidar quién eres y quién soy tentación de mi

• Bailar •

Imagen
Bailar para secar el llanto, desvanecerlo, bailar con los ojos, saltar de un lado a otro bailar para olvidar, para caer, para reír, bailar por compromiso… bailar en soledad. Hacer de todo un baile hasta vomitar correr a escapar un rato, bailar y bailar, con la cabeza, los pies, gritar y bailar como si nada importara como si fueras feliz. Bailar para dejar las penas y escupir los miedos mientras dura una canción, desprenderse; bailar para elevarse, volar… ¡hay que bailar hasta con los muertos! Bailar para hacer el ridículo, irte bailando, ¡la la la la! bailar para que nos llamen locos insensibles, inhumanos, cuando todo se va… cuando todo se va a la mierda, bailar, bailar. Viviana Nevárez

• Resucitar-me •

Imagen
No basta cerrar los ojos e intentar dormir, yo quiero no despertar, no soñar, no vivir, dejar de cargar los brazos, este dolor… muchos pesares y un solo cadáver. Las calles son inmensas cuando estas solo y tus manos flotan en un vacío tan frío, el silencio, ese que algún día se disfruto ahora es veneno que arde, que punza. Hay veces que quiero detener el mundo arrasar con todo y todos, suspender más que un juicio, el sentimiento, y es que sentir es un lamento… eterno. No será suficiente arrancarme los labios y la lengua de tajo, para borrar los besos, dejar de hablar un rato, o dos, o siempre; sabemos, que mas que agonía es muerte. ¿Por qué me diste todo para dejarme nada? convertirme en sombra y melancolía ser lamento para otros, letras y despojos; manías que amenazan con volver. Ya no tengo ganas, hace tanto tiempo, es la noche el día, y es día inexistente; como el deseo por descansar, no llorar … y sigue siendo injusto respirar. Tomar a sorbos lo que me trae el viento tu aroma y t

• Confesión •

Imagen
Me gusta ver tu rostro, cálido, tus ojos de fuego, tus silencios la postura de tu cuerpo al dormir tus manías casi vicios. Hacer de tus sueños, suspiros, flores para el jardín del deseo sofocar tus labios, amordazarlos apresar tus pensamientos. Ser confesión y no lamento aplastar la cotidianidad de tajo memorizar tus lunares tus arrugas prematuras. Me gustan tus caderas varoniles el andar de cada paso, tu aliento, para homogeneizar el tiempo descomponer las noches. Subir hasta tus pestañas , saltar, caer en tus lunares, pequeños, lienzos para el artista, tesoros. Confesar que eres dueño, poseedor sin posesión. Hombre, pecado de cada noche, apetito por tomarte a cucharadas. Confesión, incompleta, alterada, para no ceder del todo a tus roces a los destellos de cariño, de amor. Viviana Nevárez

• El placer de encontrarnos •

Imagen
Tengo que decir que lucho contra el deseo de responder tu llamado nocturno, a deshoras, cumplir la cita pospuesta, suspendida, la que se ha quedado pendiente. ¿Cómo te digo que no te amo desconocido? que no dejo de pensar en tu rostro tan perfecto y ese cuerpo tuyo que por las noches codicio, tu sexo y el pudor que no posees. Son tus ojos imanes para mi tempestad, la tormenta que invade mi sangre, fuego para el océano que vive en tus muslos incentivo para el desenfreno taciturno. Es una guerra contra el apetito de tus besos de tu lengua hechicera, antojo de madrugada tenerte aquí en esta cama o acceder a la tuya que ya no es eso sino momentos, pasiones. La aventura de tenernos sin permisos o razones, nada más arbitrario que gozar tus caricias convertirnos e n uno y perdernos en nada, nadar, ser dueños del instante en que me llamas tuya. Evado el rumor de tu mujer desesperada, de sus celos y tu manía de preservarla, demonio, ángel sin alas en susurros nos perdernos; entre el humo de cig

- Evacuando letras e ideas -

Imagen
Hay condiciones para existir, para decirse ser o para no hacerlo más. Con el tiempo hay cosas que llegan y nunca se van, unas buenas y otras no tanto. Pero más que cosas son sentimientos, personas que nos hacen cargar con agonías, por las palabras no dichas y por las que han sido arrojadas. Ya no hay mucho que perseguir, no hay genios con humildad, no hay estrellas que desciendan; ya no hay amor que perdure ni promesas que maduren. No es reproche, a fin de cuentas somos hombres y andamos unos al lado de otros, nos vemos y tropezamos. Espejos, ilusiones reflejadas en otredades, divagaciones perdidas en el instante. ¿Qué habrá de preocuparnos tanto, más que vivir? que el antojo de hacer y deshacer y de mandar al diablo a los que nos dañan. Maldades y malditos sobran, deseos y prejuicios; no se trata de moralidad, tampoco es humanismo. Es la condición de andar así, con esa fragilidad de todo, siendo errores, desvaríos, deformidades casi despojos. Sin apetito alguno por re-inventar, por de

• Trazos en tu piel •

Imagen
Pintando las paredes de tu habitación, garabatos inquietos que derramo porque el tiempo se hace corto o largo y las noches son espera, de ti. Voy bordando tu nombre en cada esquina adornando, corazones sin espinas, colores que se pierden sobre los dos entre la madrugada y nuestro sexo. Es el fantasma que habita en ese cuarto sin cortinas, un espacio para ambos cofre de las hazañas prohibidas, deseos, insultos y regresiones. Circulas para después tirarte a mis pies llorar a mares la desdicha que es confusa y encerrar un segundo los demonios , deleitar el camino conocido… Rupestres como tus brazos silenciados letras y versos que se quedan atrapados ahí, en esa esquina donde te acurrucas en la oscuridad, solitario. Dibujos que cargas sobre las manos y el amor escrito en todo el cuerpo, en tu pecho siempre tibio, cuna de letras rayas que viajan, que siempre se quedan. Trazos en tu piel, visibles e invisibles de carmesí o simple tinta, indeleble, perpetua como la culpa o condición de hombre

- La búsqueda -

Imagen
Todos están en busca de algo, ese asomo que se les ha perdido a tantos y nadie da con él. ¿Qué será lo que a muchos trae ausentes? A veces lo pienso, no seriamente, sino como el objeto que todos persiguen, la pelotita esa que lanzas al perro y el anda buscándola para llevarla a ti y volverla a perder de vista. Esa es la razón por la que desea encontrarla, para volverla a perder y buscarla de nuevo. Así andan mucho (¿o andamos?), con ese afán de resolver los problemas, de encontrar la esencia del todo; una misma cosa que resuma el tanto… Comprender, entender… ¿qué es? hablar del futuro que no existe, que nunca existirá, es presente y nada más y el recuerdo de ayer que se desvanece y, después historia. Días que se enuncian, fechas que se anotan. A mí me gusta perder el tiempo, sentarme horas sin hacer absolutamente nada, tan nada que no hay necesidad de pensar. Me gusta 'desperdiciar mi vida' y ver cómo vienen asustados a preguntar qué pasa, con ese temor en el rostro de la incer

• De tus delirios •

Imagen
Cómo explicarte que no hay alguien siguiendo tus pasos, que detrás de cada palabra no está tu nombre oculto que son tus delirios, casi petulancia la que te persigue y no eres centro sino partícula, algo invisible. No hay mujer ni hombre, esculcando tus ideas, violando tus lamentos de madrugada; no hay villanos, y no eres más que esclavo de tus propias pesadillas angustia de tu manía, obviedad desgastante. De tus delirios, el tedio de mis tardes sin cobijo, de la desaparición de mi lengua y el cerrojo que soy, candado en mis labios, desespero de tu lógica palabrería es la que cargo y tú, números, osadías. Tu cuerpo pesado, lleno de agravios o quizás mentiras brotes de lo que un día tuviste, de manos tibias, morenas; como la tarde que te moja las ganas y el antojo, de tus visiones de hombre salvaje, siervo solitario. De la taza de café en donde habitan tus necedades, la inmadurez de ocasión o alguna canción adoptada por el tinte que queda en tus cajas guardadas de tesoros a la vista, de

• Odiseo •

Imagen
De tus tragedias las mías, despojos por tratar de seducir, engañas; a tu falsa mujer vas condenando y has dejado mi cadáver en tu cuarto. Invades espacios jugando a estar bien señalando el fracaso, tropezando con tus palabras de humo y tu ironía mierda y miedo a despertar. De tus aventuras, la repetición absurda el asco de posarla sobre el mismo rincón entre paredes deshechas, y mi olor en cada espacio y habitación. Odiseo, con tu mirada vacía, vaciada con su sonrisa ilusionada y mi hastío el deseo suicida que se alimenta con cada farsa adquirida, egoísta. Profeta Ilusorio , de pasos sin rumbo de corazón inerte de lástimas viles, quimérico, tumba e infierno yaces por inercia, imbécil y animal. Con tu nombre, mi epitafio, mi destino: de mis letras sus canciones, cinismo; recién adquirido, estupidez aumentada mascota que someten, bazofia y fantasía. Eres tóxico y delincuente, después ternura; trampa fatua de horas sin resolver, como las citas que sugieres calendarizar tú, remedo de ayer:

- Un mar de madrugada -

Imagen
De madrugada llore un mar, debajo de las sábanas para no levantar sospechas; para no perturbar a los muertos que se sientan en mi cama. Entonando cada sollozo, las agujas del reloj, a paso firme el tiempo marchitando los segundos. Ahí el mundo es un puño de papel mojado, de agua salada que inunda los ojos. Como se inundan las casas de tantos, y las ilusiones; pueblos enteros consumidos. Como se consumen los sueños de los niños, la promesa de un futuro que se encuentra inalcanzable, corrompidos por el interés; las promesas son engaños. Como aquel que devora la inocencia, que arranca las ropas de cuerpos pequeños y lacera vidas, vidas que se pierden a cada instante, entre letra y frase. Interminable, el deseo vulgar de animales sin rumbo, animal figurativo, que somete a la mujer necesitada, sexo por empleo, sexo por un puesto, sexo por sexo, sexo porque quiero. Mordaza impuesta entre los labios de tantas, y tantos; que caminan con la miraba baja, entre ofensas e insultos; humillaciones d

• Pretensiones •

Imagen
• Pretensiones • I Tengo más que una duda para ti y tu egoísmo creer tener el derecho para cuestionarme, que valor el tuyo y que ganas... Puedo morir al rato y pasaran los meses, sin ti, y vuelves para buscar respuestas ¿qué pretendes tú? ¿ir y venir como si nada, y hacer de mi tu esclava? Te diré lo que ya sabes, por si lo has olvidado: para pretensiones tu manía de creerme insensible, muñeca de trapo, catador de remordimientos. No me interesan tus inquietudes, presuntuosas habrás de preocuparte por tu vida solamente, al sentirte acorralado saltarás cobardemente. II No te daré, ni razones ni motivos para leerme mis letras son muy mías , ni de otro ni de nadie ideas que he sembrado en mis desvelos... Sangre de mis ojos agotados, desterrados, por andar llorándote de madrugada; por la omisión, el amigo eterno de la mentira. Para pretensiones ni mis frases ni los lamentos por darte algún ejemplo, hablo y digo cuando quiera; en eso ahora nos distinguimos; amor de mis angustias. III Ni pr

• Ángel •

Imagen
• Ángel • El tono de tu piel es justo, celestial, de ángel sólo tienes alas y nombre vestimenta para adornar tu hambre hombre, vehemente. Tus caricias cual plumas, suaves, constantes pero arden al instante desde tu vientre paciente, tibio; hierve tu sangre ángel, demonio. Vienes y vas como el aire, sensato entre atiborradas ganas te escondes sometes mis ansias a tu espera, vil; ebrio del sexo de ayer. Ángel, en tu pecho crece una duda, quistes que sostienes en tus manos que muestras en oscuras noches en cuartos de grandes fantasías. Te bebes mis besos, sediento, voraz, yo saboreo tus labios prohibidos entre gritos y denudes, brazas ardiendo quema por dentro tu carne a mi cuerpo. Explotas y resurges como ave fénix sobre mis senos que sostienes aferrado arremetes reafirmándote demonio, esparces saciedad jadeante, complacido. Hombre, te fumas historias sobre la cama y bebes cual vodka restos de la faena; ángel te elevas sobre mi ser extendido incitando tu lujuria al desafío. ¡Una vez más!

• De extrañarte tanto •

Imagen
• De extrañarte tanto • Creí que sería fácil ignorar los días y engañar al tiempo sedar un poco los sentimientos para no pensarte, caminé segura con la idea errónea de sentirme fuerte; de extrañarte tanto se inundo mi vida y ahora tengo océano. Aguas donde sumerjo las noches para olvidar el idilio y quedarme con el corazón desierto, si se puede muerto, no poder despertar y lanzarme al abismo, olvidarte y ya; poner en claro la distancia, hacerle juicio al desencanto. Sacarme los ojos para no verte en cada espacio de mi cuerpo, y negarme a tus brazos de hombre imperfecto, pero ideal; porque recoges los versos de algún manantial, tesoros míos: las horas y los meses. Y el día en que te espero... ... No llegarás porque no has querido emprender el viaje y tal vez yo no regrese contigo. Del amor que siento dentro, las ganas de tenerte cerca, sin metáforas de por medio tan cerca que respiremos el mismo aire. Sentirte más dentro que fuera, abrazarme a tus caderas para suspendernos en el tiempo