• Trazos en tu piel •


Pintando las paredes de tu habitación,
garabatos inquietos que derramo
porque el tiempo se hace corto o largo
y las noches son espera, de ti.

Voy bordando tu nombre en cada esquina
adornando, corazones sin espinas,
colores que se pierden sobre los dos
entre la madrugada y nuestro sexo.

Es el fantasma que habita en ese cuarto
sin cortinas, un espacio para ambos
cofre de las hazañas prohibidas, deseos,
insultos y regresiones.

Circulas para después tirarte a mis pies
llorar a mares la desdicha que es confusa
y encerrar un segundo los demonios ,
deleitar el camino conocido…

Rupestres como tus brazos silenciados
letras y versos que se quedan atrapados
ahí, en esa esquina donde te acurrucas
en la oscuridad, solitario.

Dibujos que cargas sobre las manos
y el amor escrito en todo el cuerpo,
en tu pecho siempre tibio, cuna de letras
rayas que viajan, que siempre se quedan.

Trazos en tu piel, visibles e invisibles
de carmesí o simple tinta, indeleble,
perpetua como la culpa o condición
de hombre y perdón.

Estrella ordinaria, ahora perdida, muerta
como el artista que era, que fui,
tú lienzo para mi, abstracción del nosotros
a deshoras, contra todo, hasta ahora.

Nubes grises, ratas que se acercan, serpientes
con carencias, insulsas. Mares poseídos,
por sirenas sin sentido, ahora vez
la añoranza, agonía en cada uno de tus días.

Viviana Nevárez

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