• Me llaman puta •
Puta,
porque hago el amor con quien quiero
más no con cualquiera. Y hago el amor, siempre;
suministro besos y caricias. No fingidas, gozadas.
Con
cada letra. Cuando olvidan mi nombre,
sobre todo en la cama.
Me llaman puta por las calles. Las olvidadas,
los solitarios, ebrios y poetas locos.
¡Ahí va la puta! –Grita- el hombre que jamás he tenido
¡Ahí va la puta! – Grita- la mujer
sometida, reprimida;
a mi no me importan los perros rabiosos. Ladren, canten.
Puta, porque he amado tantas veces, y llorado igual.
Porque recorro más cuerpos que caminos y prados.
Indecente, vulgar… Porque me enamoro siempre;
de tres a cinco veces, al día.
Y
he andado con los pies descalzos, provocando:
miradas de lujuria, prejuicios y amor.
Dejando, no sólo recuerdos, también suplicios.
Me
llaman puta porque me amo todo el tiempo,
me doy, me entrego y después me marcho.
Me alejo antes que llegue el sol y me descubra
antes que mi amante sepa que soy quimera.
Sueño
fabricado a semejanza. Con la mano derecha,
de la costilla del padre, igual que todos;
mujer y a veces hombre. Por las calles, puta.
Me
llaman puta y blasfema. Con el dedo me apuntan,
tontos, cansados de ser siempre la misma cosa.
Aburridos detrás del escritorio, de libros, de llantos;
mujeres con rosas para aliviar los golpes y todos los engaños.
Puta
por que he bebido y saboreado manjares
la copa de vino más cara, y el sexo…
sobre, debajo y al lado de la cama.
A
mi me llaman puta aunque no cobre nada
porque me visto y desvisto cuando quiero, y voy sin máscara.
Sin pedirle nada a nadie, amo y soy amada.
Me llaman puta porque no saben y yo sonrío; descarada.
Viviana
Nevárez
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