• Casa vacía •
La casa está siempre vacía no le falta ningún adorno y en ella viven los ausentes, nosotros, los que fuimos olvidados. Todos los días somos sombras, esclavos de unos y otros con pedazos de cariño escombros de aquel amor. La almohada nos sirve de abrigo de sustituto al abrazo, de caricia, rozamos el pecho contra el suelo nos desangramos en silencio. Nos quitó el tiempo todos los besos y el brillo en los ojos, nos fuimos; como se van los sueños e ilusiones nos queda la nada agonizante. Cu ánto silencio nos invade ahora ya no hay buenos días ni días buenos y las buenas noches son por separado, lejanos, abruptos... relegados. Aquí siempre hemos estado, pensando, y abrimos los ojos y los cerramos porque da miedo verlo todo y darse cuenta que nada queda. Viviana Nevárez