¿De qué muerte te escondes?

En la piel besos repartidos pacientemente entre surcos y escondites prohibidos, de los labios el sentido, el sabor en la lengua suave danza desde los pies hasta el cuello de ida de vuelta repetidamente sin fin. Paseando entre piernas enrolladas y dedos, entre un torso plano y senos tibios, pendientes; manos que han aprendido a palpar, saciar, navegan sin miedo ni rumbo, anclando, planeando robar espasmos repetidos. Cuerpos trenzados, escurridos entre sudor, brazos hambrientos de fuego y miel ansiosos de morder y empujar las ganas contra el suelo, la pared, entre alfombra, tierra y sed de ímpetu o embriaguez. Noche de sexos perfectos, embonados, de frío ambiente, calidez sensual y sexual cuerpos mojados, perfumados, que gritan entre saciedad y ganas de más y más fugitivos consumiéndose uno al otro. Cuerpos trenzados por minutos, horas, días que saltan entre pasado y futuro, locos, desvariando como orgasmos suspendidos, elevados sobre el mundo. Bebiendo besos de labios rosados, secos, ex

Caminaba por la vida como buscando algo quizá el todo o la nada, siempre observando atentando contra falsos ideales, pensando, inevitablemente siempre pensando. Del cielo prominente de día y de noche las preguntas surgían, nadaban entre confusión e incertidumbre, de la vida y la muerte. Sin armas ni genialidades, sin rostro perfecto ni cuerpo minuciosamente esculpido; de la piel pálida, un tanto molesta, las venas se asomaban mostrando sus colores del verde al azul, morado. Tratando de creer y siempre descubrir, amando sin razones obvias para otros, sin permisos ni límites, soñando eternamente para poder respirar, despertar, caminar para conseguir simplemente vivir. Para todos anormal, diferente, maravilla singular y única, digna admiración por un conjunto de huesos repartidos uniformemente y un pedazo de piel que cubre músculos, sangre, carne; de la mirada mil analogías ofrecidas, poemas, canciones, del amor las promesas más grandes y las caricias perfectas. No eres humano, pensaban,

Ávida de tu cuerpo y tus ganas sigilosas impaciente en espera de tu regreso, entre el recuerdo de tu piel y tus ojos de tus labios y antojos. Deseosa de tu sexo cierro los ojos y te encuentro callado, somero, presente y ausente, sucesivo; de tus manos la fuerza justa, precisa. Entre mis recuerdos, tu cadera firme tus hombros presuntuosos y llanos ansiosa espera en la que me encuentro buscando en mi cuerpo pedazos de ti. Sentada bajo la noche callada, oscura, me revuelco entre mis ganas pretendiendo, sugiriéndole a mi piel tus besos mojados tus ansias perversas tu imaginación sinuosa. Te siento dentro y fuera de mi ser entre caricias furiosas y gemidos voraces, me estremece la imagen, cuerpos sedientos friccionados, hambrientos, deleitados. Ansiosa espera la mía y la tuya, eterna de los días, las horas para devorarte azotar las ganas acumuladas, el deseo; desesperada por lamer cada centímetro. Cierro los ojos te siento, me siento, del silencio y los entonados gemidos, suspiros, uñas y c

De la mujer que salta al abismo y se pierde la que insulta su rostro, su cuerpo, su alma y decide que la vida es nada más este instante aquí donde amanece y anoche. En el cuerpo, cualquiera, las marcas de ayer las ceñidas huellas impacientes, impotentes, hambrientas de recuerdos y anhelos; sujetos, el dolor profundo y enajenado casi obligado, sometido a no hacerse presente, no más. Gárgaras con tus besos, los dados y ausentes aquellos que se pensaron y no nacieron jamás de los que diste y han muerto lentamente gárgaras con los besos cansados y moribundos. Del hombre que se sumerge en la pérfida razón que se ahoga con palabras sedientas de juicios; de los brazos que laceran corazones entregados, de todas aquellas telarañas que nos cubren la boca, por el escrupuloso pasado presente. Gárgaras con tus besos, para limpiar los labios para sacar de dentro ese sabor a muerte, indolencia, regresar el suspiro y algún color a este grisáceo tono gárgaras de besos y medios tonos, notas blancas, neg

Pierdo el tiempo en lo que sea para no pensar y no sentir ya no me busco, no quiero no deseo encontrarme. Hablar de superar algo, no va no en tus labios y después de todo pues es fácil pretender señalar, acusar, juzgar, una doble moral. No tiene caso tu iniquidad ha sido demasiado, ¿perdón? no debo disculparme más aquí existe un problema. Orgullo, así se le llama a eso lo que te carcome por dentro y me hablas de superar, discutes sobre la decepción. Deberé entonces recordarte, aquí nadie más que tú comenzó y haz sido quien corrió sin más a otros brazos, así que calla y vete. Guarda eso para alguien más no puedes acusar, no en tu lugar ¿con que cara, con que integridad? al menos no finjo, no miento. ¿Y hablas de superar? la diferencia es abismal, el dolor quizá lo entiendo, tu indignación me parece mal fuera de lugar, de contexto. Iniquidad eres tu, no hagas esto no busques redimirte en mi estoy tranquila, serena, muerta, para reclamar y ofenderse hay que estar libre de culpa. Por ciert

Cansada de todo incluso de mí, me pierdo despierto agotada de respirar cada segundo y busco la forma de agotar el oxigeno intento atrofiar mis músculos, cortar mis dedos quedarme en blanco, sin mis letras. Camino por este cuarto, pequeño y tan frío como yo por dentro y fuera, agonizo de entre todo lo que me rodea elijo silencio, soledad e intento, siempre intento. Es veneno en mi sangre cada suspiro que doy por eso espero terminarme el aire de golpe, sacarme los ojos para no verme al espejo y no verlo a él en mi piel. Prohibido, debo dejar de escribir mis emociones. Debo dejar tantas cosas, prometo hacerlo y volar, desaparecer, no quiero lastimar no quiero sentir, amar, extrañar, ni decirte; intento dejar de contar mi historia, por ti; para que mi dolor no te avergüence. Mis letras son el vicio más grande que tengo de entre tantas manías estúpidas, esta permanece y escribo desde mis sueños, mis tristezas, desde el vacío infinito que habita en mi ser escribo desde la muerte que esta a m

El error ha sido mío por creerte cada vez por tratar de entender tu actitud aturdida la forma en que te pierdes y pides ayuda por acudir a mi cuando careces certeza. Recuerdo en estas fechas ser tu tintura el color de tus días, fiestas y gozos tus encantos y alegrías compartidas ahora sólo das desdichas y quimeras. Tu regalo ha sido el mas cruel, vil, nuevamente aprovechas el momento utilizas, asechas y creo en esas lagrimas en las promesas que avientas. Te mezclas entre mis labios y mi cuerpo atropellas mis fuerzas y persigues te vuelcas y me dices que no puedes más aseguras que ella no es lo que te atrae, que odias su rojo labial, la vulgaridad. Tu regalo ha sido despreciable, aberrante, te regreso tus falsas palabras y besos quédate con tu sexo y esperanzas vomitare a tus pies tus actuada agonía. Cuando te des cuenta del regalo que diste de tu actuación familiar y abrazos tibios de la cama compartida y sueños contraídos entonces verás el monstruo que eres, y amo. Detrás de ti, él, e

Tengo frío y la noche es agradable comienzo a desesperarme, sonrío mi primera acción, llamarte. Necesito tus abrazos fugitivo de mis manos frías nada tengo no preguntes más y aparece. Se me antojan tus besos de humo, las caricias pulcras y una charla después bebamos un rato, dancemos. Tengo ganas de ti, de gritar, reír, hace rato que me congelo y busco la forma de atraerte. No preguntes, sólo hazlo corre que desespero, ahora no tardes que aún con frío… ¡Me quemo! Viviana Nevárez

Con los ojos abiertos sueño a todas horas voy corriendo a ti y me recibes en tus brazos un beso tibio de tus labios húmedos y bastos; y volamos por la calle malgastando sin recelo. En tus brazos me veo a diario, a tu lado, abrazada a tu piel áspera y caliente tocando tus muslos sedientos y tu sexo mientras en tu rostro se dibuja la perversión. Duermo contigo, me cobijas, todo esta bien no hay lagrimas en mis ojos, ni dolor no existe un corazón calcinado, herido, muerto, en plena madrugada me buscas, encuentras. En ese rincón tan tuyo y tan nuestro, colores, garabatos que decoran, que iluminan, frases; la continúa lucha por poseernos entre el si y el no me acaricias sin tocarme y me bebes sin sed. Dentro de mi tu carne, tu ser, y somos uno y buscas mi mirada, llorando, de tus labios mi vida, una frase que se eleva al viento y me estremece en este recuerdo tan mío carente de un nuestro. Tu espalda siempre pendiente de mis besos de mi lengua que te palpa para saberte, y tus manos me estru

Si cuando te llamo desconocido te aturdes no malinterpretes mis palabras, es sólo un término furtivo conocido, pues no eres ajeno a mí, hace unos años que nos vemos los rostros intercambiando saludos, sonrisas, susurros. Conozco algunas cosas, desconozco muchas me gusta tu cuerpo, tu sonrisa perversa tu voz que tiene ese tono peculiar, diferente, tus manos me incitan, invitan a todo y a nada me tocas como comprobando algo, quizá. Desconocido por que no se que piensas de ti o de mi, pero sé que suspiras, respiras, que al tocarte te enciendes como lo hago yo y entre el silencio y tu aliento, volamos un rato; si te pierdes, búscame y nos encontramos juntos. No hemos cruzado la línea, esa oscuridad, ese tramo que nos convierte en un misterio y sin embargo, sedemos, entre besos y caricias, no se que decirte cuando hablas, pero te escucho, y tu voz agrada a mi oído y tu sonrisa es grata. Tendrás que disculpar que no responda a todo pero a tu pregunta contesto con la misma ¿Qué sientes tú est

Voluntariamente accedí a tu encanto, después de todo ¿qué un cuerpo? de entre tantos, tú y tus serenos ojos distante pero pendiente, por si acaso. De la sensatez al deseo, la verdad, palabras ocultas bajo tu lengua y la mía, del tiempo el recuerdo de alguna vez, la imagen de mis manos en mi cabello. Tímidamente busco la forma, el día, estrellarme con tus labios cautelosos, y obsérvate con mi manos, busco tus formas para ansiarte más. Entre el juego y la serenidad, sonrisas, recuerdo verte caminando a lo lejos como planeando la forma de saborearte un segundo, dos o tres, mil. Me gusta como insinúas tus ganas y nos llamamos sin nombres, tengo frío y ya sabes que sucede derepente se me antoja tu sexo. De la sensatez al deseo, las palabras, debo tomarte como cápsula, puntual y beberte como al tequila, sin limón ni sal; diario y de golpe, cantando y danzando. Vamos indagando la forma ideal propongo empezar ahora, de pie o recostados con tu olor y el mío conversando o callando, dos cuerpos.

Todo, nada, alguno son palabras nada más desde esta rendija que has dejado abierta, un escaso espacio por donde entra tu luz tu placer adyacente y compartido, la maravilla del deseo extendido. Palabras van y viene, se regalan, se prestan, unas regresan muertas, retorcidas, deformadas, como van y vienen dos cuerpos calientes que se regalan mutuamente, se adueñan; que se deforman para después entretejerse. Maravilla la de tu sexo y tu piel escondida la de tu respiración agitada y tu voz imponente, sin afán de exaltarte te redimes con tu aspereza con tu producción somera de agua y sal, y arremetes tus ganas contra mis ansias. De entre las cosas y la austeridad del mundo desde la profundidad de la cavidad de tu boca, te pronuncias igual que la palabra –volar- y en el aire te duplicas vehemente maravilla del sonido que emanas con tu goce. Impotentes frente a ti los demonios se esconden aceptando furiosos que te acurrucas en mí buscando con tu lengua encontrar la locura acariciando de a poco

Te pienso en ese instante, justo ahí, cubierto tan sólo con tus pensamientos un tanto ausente y confundido. Busco una excusa para proponer, para invitarte a repetir la escena nuestra. Recordando, te observo placentero mutuamente complacidos, adheridos, propongo de nuevo la noche, el día, la huida improvisada, una risa malvada. Busco saciarme de ti constantemente la reacción que provocas, interminable, el eterno espasmo en tus manos. Saborear tu textura única, perversa. Dentro de mi boca mi lengua, sedienta, queriendo masticar, deglutir, gustar, saborear. Este músculo potente, más poderoso que mi cuerpo relativamente inofensivo, con antojo de ti. Pretenciosamente el deseo aparente de pies a cabeza corromperte, de nuevo, recordando, ¿gustas verme? vamos buscando la perfección, ideando, practicando, disfrutando. Viviana Nevárez

Te mueves igual que el viento tranquilo, silencioso pero sediento te adueñas de mí en un segundo, con algo de fuerza en tu cuerpo, sublime. El escenario es improvisado frío pero tentativo, espacioso, pertinente; tus brazos danzan conmigo, aquí y allá es el tiempo acumulado, el deseo. La música se escucha nerviosa se ha intimidado con nuestra lujuria, torpes, hambrientos y reservados; tus manos, las mías tocando el son perfecto. Entre la oscuridad intento incesantemente, casi tendenciosamente, dibujar tu cuerpo aprender tus líneas, las fisuras, recordar las marcas, el olor, el sonido... En una danza nocturna te quedas perplejo entre no más que el sexo y tus piernas ahí donde retozan tus ganas entre el quizá y la duda entre el hoy y mañana. En esta danza nocturna no hay penas ni censura, no hay olvido, brota de algún lugar el miedo o ternura emerge de la oscuridad la voz, tu conversación. Me muerdo los labios resecos, pretendo encontrar el sabor de los tuyos, impregnados. Hay fuego, dese

Anoche después de salir de esta jaula esta mi guarida, mi cielo, mi tierra, me acerque a la noche, la luna, respire un poco, me toco el viento. En un instante, entre un parpadeo en medio de mis deseos y lujuria, entre mis ganas y este frío, salte del abismo, grité… Regrese a mi cama improvisada decidida a soportar una noche más, una más de insomnio y dolor, de reproches, canciones, palabras. Tuve un sueño en donde estabas tú, la oscuridad nuestra manta, un par de dudas, un silencio previo, una pregunta, una respuesta… Un instante, un abrazo, un beso, tierno, callado, ansioso, sollozos esparcidos por el espacio y el tiempo suspendido, oculto. Tuve un sueño, me vi en tus brazos tú dentro de mí, caliente, pretencioso; buscabas perfección, respuestas, y mi cuerpo se estremecía. Ahí bajo la noche, en secreto, ajenos, perpetuados, desconcertados, destruimos el mundo, lo olvidamos, reímos, callamos… luchamos. Tuve un sueño placentero, tus hombros, tu piel, tu sexo y esas manos exactas y justa

Este día al despertar de mi pequeño lapso de sueño acostumbrado, me acompañó una sensación de usurpación y desencanto. He venido dando a alguien lo mejor de mi, ya sabrán, esa seguridad de ser quien eres sin censuras ni prejuicios, el querer ser lo que en verdad somos fuera de este cascarón que nos toca cargar como tarjeta de presentación, esto llamado rostro, cuerpo, piel… Después de tanto pensar, como siempre, sólo he obtenido un gesto parecido a las gracias pues mi papel fue el de una muy buena maestra de vida, un escalón para poder saltar, un medio para un fin, algo necesario pero pasajero ¿les ha pasado? Ser sólo un buen recuerdo que ha enseñado a amar, a ver cosas desde otra perspectiva y todo eso será otorgado a alguien que no seré yo, pues he sido muy buena maestra ¿debería sentirme orgullosa? Me parece un tanto cómico, algo satírico e incluso maquiavélico, ser utilizado como un bulto capaz de soportar e incapaz de sufrir, sentir y llorar. Supongo que debí ser avisada con antic

Con este frío que siente mi cuerpo, mi piel, mis besos sordos y callados se me antojan pecados, unos cuantos, de noche cuando todos duermen. Bajo la luz de la luna, brota mi deseo un instinto vulgar, somero, impetuoso, un incendio descontrolado emerge buscando sofocarse, asfixiarse. Pecados, atracciones y versos, noches de besos y caricias, pasión, tengo ganas de jugar a perfeccionar; traducir las palabras a movimientos. Te presento mis ganas, mis pasiones encontremos el lugar perfecto un rincón fuera del mundo, una, dos, mil horas tramando… Te llamaré deseo, fuego, ansias, búscame, encuentra, pretende, me llamarás silencio, abismo, entre pecados sin penas sin nombres. Con este frío se me antoja un abrazo, un par de besos, un cuerpo caliente, unas ganas de sexo… coqueteo, comienza lento, suave, termina fuerte, maltrátame. En esta noche y otras tantas juguemos un juego eterno sin nombres, perversos. ¡No tardes que me quemo! Viviana Nevárez

A todas horas y desde hace semanas sufro le falta oxigeno a estos pulmones carece de todo este cuerpo mío, siento frío, calor, no siento. Tengo dos manos congeladas, perdidas, buscan tocar y tocan todo, desconocen ya no encuentran los surcos acostumbrados ni las marcas en la piel ni asperezas ni nada. Mis brazos caen solitarios, añoran el peso y este pecho ya no es almohada de tu ser mis piernas se sienten extrañas, se desconocen a veces sólo se detienen sin aviso, sin mas. Todo lo que puedes ver se atrofia, mi piel, mis extremidades y esta locura mía; esta locura que era tan tuya tan nuestra y tengo ganas de todo y de nada a la vez. Siento frío por dentro y siento nada sólo hueco sin aire sin viento sin tu aliento, un hormigueo en el cuerpo, en los versos, y los poemas que amamos se suicidan. Tengo ganas de apagar mis ojos el sistema que hace que respire y camine incluso el que me hace pensar, soñar… tengo ganas de regresar atrás y detener el tiempo. Amor mío, tengo ganas de morir en

Últimamente he optado por pensar y pensar, aunque la verdad siempre he sido algo introspectiva es por eso que me es más fácil escribir que hablar aunque me obligo a señalar que cuando algo se tiene que decir, lo digo. Tengo demasiado tiempo o el tiempo es demasiado pero cargo todo el día un montón de frases danzantes en mi cabeza, ideas que vienen y van. El mes de noviembre que ha pasado me pareció un eterno año, diciembre realmente no hace mucho la diferencia; mucho frío, soledad, un dolor latente… un panorama no muy alentador. He pensado seriamente en el problema que tenemos como seres humanos, se supone que el lenguaje es para comunicar, expresar, pero pareciera que no tenemos nada pues no hemos aprendido a usar las palabras. Tenemos un miedo absurdo a decir las cosas como son y a llamarlas por su nombre, un miedo estúpido a una infinidad de cosas, al amor, a compartir, a vivir… yo realmente no entiendo nada. Desde aquí he visto muchas veces como uno lanza promesas al aire, y digo a

El estar despierta la mayor parte del tiempo me ha permitido pensar, extrañar y llorar (sobre todo la última de estas). Da lo mismo si amanece o vuelve a oscurecer pues ya olvide que se siente descansar por las noches y tener un sueño profundo que se refleje en tu rostro al siguiente día. Después de todo cada noche me sigo acorrucando en una cama fría y solitaria, acostumbrada a tus brazos tibios y tus constantes apretones casi asfixiantes, creo que es comprensible el recelo que ahora tiene mi insomnio a aquellas noches en las que eras tú quien me abrigaba con su cuerpo. En el transcurso de la madrugada, mientras todos duermen y yo finjo que lo hago también mientras seguramente tú descansas en esa cama en donde descansábamos juntos; yo me abrazo a una almohada pretendiendo sentirme acompañada, sin embargo, cuando me observo en ese estado patético lloró y sufro tanto por intentar estar bien cuando no lo estoy. Y es que sinceramente y después de todo, yo no tengo idea alguna del rumbo qu

Un par de veces, no sé, mis palabras brotan salen, saltan, sin pensar. Palabrería, sólo eso. Después de todo debo decirlo, alguien escucha; me sienta bien tu compañía, tu conversación. No importa la hora, el lugar, el momento, sólo acompañas, juegas y pretendemos siempre pretendemos. Todo, nada, algo. Intento no pensarte. Me recuerdas olvidar, continuar y dejar atrás me incitas a ignorar. Debo decirlo… tu sonrisa me convence, es grata tu presencia e ingrata la incertidumbre de mis confusos deseos. Un beso, un abrazo, lo que sea, sólo uno talvez, no sé, sólo talvez sea o no sea. Debo decirlo, tengo miedo, pero no digas nada así sería mejor… sin permiso, sin aviso. Muchos tienen razón, incluso tú, Por que él ha buscado en el pasado un error algo que no existe, un engaño que se obliga encontrar para su comodidad por saber que quizá también fallé. Debo decirlo, sólo estuve para él, siempre y admito que aún duele, lastima, pero es cálida tu compañía, tus ojos, tu cuerpo que habla por ti. De

Se ha pasado un mes y yo sigo igual que aquel día en que decidiste aceptar mis palabras desesperadas como un hecho. Debo decir que fue, de cierta forma, muy cómodo para ti y demasiado doloroso para mí. He tenido que pasar las semanas más tortuosas de mi vida y experimentar el dolor más agudo, constante y latente; aún espero despertar un día y ver que todo lo que ha sucedido ha sido no más que una pesadilla, horrible, pero sólo eso. Aquí sigo igual que siempre, ya lo sabrás, como un ente ausente y ajeno a toda la realidad, perdida por que no deseo encontrarme ni que me encuentren y me he cansado de escuchar frasecillas baratas repartidas por todos mis conocidos. Que pesado se ha hecho mi amor por ti y que desgraciada me siento en medio de este mundo lleno de colores que he decidido cubrir de gris. Hay un vacío desgraciado que no me deja dormir, comer, ni dejar de recordar que te sigo amando como toda la vida, como siempre, como hace un mes o hace 3 años. Todo esto me ha dejado enfermeda

Cuando todo esta mal nada realmente importa nada se puede hacer, decir, pesar… y si te digo -¡no quiero más perdones!- es que no los quiero, no te excuses. Aquí, donde pretendes que todo este bien, todo esta mal y sin embargo continuó; a medias, a empujones, sangrando, llorando. Que diablos importa el cómo Estoy agotada, ¿ves estas manos tiesas? estos ojos escurridos, enrollados… ¿ves? y es que no quiero nada, nada. Te regreso el todo, llévatelo sin mirar atrás. Ya no quiero, no quiero. No necesito compasión, aquí en este estado comatoso nada es, nada pasa, amanece, anochece… ¿Qué día es hoy? ¿Has escuchado que he dicho, nada? Y es que me importa poco el mundo, tú y los otros. Lastima, lastimada, lastimosa, no quiero más disculpas, por que no soy: yo no soy yo desde hace ya un mes… y tres días. Viviana Nevárez

Lucho cada día para mantenerme de pie Con la cabeza erguida, con el corazón fuerte Secó constantemente mis ojos para no llorar Que nadie sepa todo el dolor que en mi hay. Hoy no quiero respirar, Anhelo fervientemente caer y no regresar Ya no me quedan fuerzas para continuar No puede retener las lágrimas ni un segundo más. Mi cuerpo tiembla, la tristeza me asecha Estoy cansada de fallar, de caer, de soñar De creer en la vida, el amor, cansada Atormentada… Ya no me quedan fuerzas para luchar Por este amor tan grande, por ti, He contenido la respiración Me he regalado sonrisas falsas Para creer, para engañarme Para pensar que todo esta bien. Me niego a escuchar mis instintos La trágica verdad, la mentira continúa El amar sin ser amado, Añorar sin ser deseado… Ya no me quedan fuerzas para aparentar Que no soy invisible, que no puedo volar Necesito dormir un rato, para no despertar más. Ya no quiero nada de esta vida, No me interesa amar más Este amor será infinito, este amor que tirarás. E

Una sonrisa, la más pura, inocente, ingenua el cuerpo frágil, la piel suave casi intocable unos ojos hambrientos por conocer, conocer aquello que un día querrás olvidar. La ilusión sin fronteras sin medidas alguna necesidad ninguna añoranza; Un solo amor, transparente, inusual El primero, el único… eterno. Corazón de niño, deberíamos sembrar uno en cada hombre, en cada mujer. La ternura que perdimos, la entrega, la preciosa promesa de amar sin final. Cambio todo lo que tengo, la nada, por un sólo corazón de verdad… por la sonrisa sincera, por el puro amor. Daré todo lo que he sido, por la entrega sin traición. Por el contrario, juro que cambiaría mi corazón de niño por un corazón de piedra, por un hueco frío, uno que no extrañe que no ame. Corazón de niño, y es que este dolor, y es que esta desdicha… Me carcome la vida, me cangrena, y es que es un cáncer maligno el amor no correspondido. Y es que es una condena el amor, el amor abandonado, tirado, pateado fuera de la vida de alguien qu

He de confesar que no intento, por ningún motivo, ser filósofo, pues estoy conciente de mi estado enajenante. Me he sumergido tanto en el yo que he comenzado a creer en lo ególatra de mi yo-ismo. Viviana Nevárez

Todo inicia en esta existencia, naciendo, llorando, respirando, llorando, andando, observando, comiendo, aprendiendo, creciendo. Estudiando, reprochando, analizando, criticando, luchando, enamorando, amando, cogiendo, fallando, creyendo, entregando, destrozando, ofreciendo, perdonando. Enmendando, perturbando, preguntando, envejeciendo, enfermando, cayendo, recordando, añorando, aconsejando, molestando, estorbando, rezando, preparando, despidiendo, muriendo. Enterrando, descansando, apestando, desapareciendo, renaciendo… comenzando la no-existencia. Viviana Nevárez

Al esconderse el sol y aparecer la luna Cuando el cielo se torna gris, casi negro Las manecillas del reloj parecen acusarme Me señalan obviando mi falso dormitar. Postrada, casi aventada obligatoriamente En una cama improvisada, me pierdo Debajo de las mantas, que pretenden calentar, A este cuerpo frío a este cascarón de hastío. La noche procura ser corta pero se hace eterna Cuando mis pies fríos intentan encontrar calor Cuando mis manos buscan rincones tibios De entre todo, la nada. Es un ritual nocturno casi dogmático Cada noche desde hace 28 días, es igual Pretender dormir, fingir despertar… Beber a cucharadas el dolor de mi ser. Noche a noche me revuelco en un colchón Dando vueltas, volteretas, silenciando mí pensar Encarcelando lágrimas, deseos, impaciencia Intentando maquillar mi lúgubre rostro. Es el ritual nocturno de esta que ahora soy Un bulto debajo de las mantas, escondido Tratando de ignorar las voces que me atormentan Los pensamientos que me destrozan, pretendiendo. He vi

Anoche me preguntaba ¿dé que sirve amar? Por qué entregarse a alguien con tan ferviente intensidad. Sentirse parte del otro, soñar que hay felicidad que emana de tu cuerpo de tu ser, amar sin cuestionarse sin pensar. No sirve de nada, al final uno se dará cuenta que siempre alguien dio más, dio el amor incondicional, el tiempo sin reproches. El amor no existe, esa es la gran verdad, es juego para otros, aquí en este mundo nadie sabe amar. El amor capaz, el que lucha, el que busca, el amor dado no prestado, el amor puro, el puro amor. Yo no se que hago aquí sosteniéndome de la nada, conversando con la soledad sobre mi insistente capacidad de perdonar, escuchar, mimar… Al fin de cuentas siempre seré un instrumento más, una flor de paso, una alegría, un recuerdo que algún día morirá. Cuánto tienes, cuánto das, qué me ofreces, cuánto durarás… eso somos nada más; un saco de huesos, inhumanos, inconcientes, vacíos, ajenos a los otros. Ya nadie sabe amar, nadie escucha, nadie sueña. Aquí nada

Es triste ver caer a alguien, perderse en un abismo Recordar las palabras que te regalaban sonrisas Que te daban felicidad y ahora ver que son despojos. Duele, duele el corazón y el alma cuando te lastiman Cuando alguien se ha convertido en tu verdugo Cuando después de ser tu vida ahora es tu muerte. Que triste ver la indiferencia de los otros, la negación La total y absoluta perdida de sentido, de memoria Observar el engaño más cruel, más inhumano… Aplastar, escupir, estrujar el amor que te han dado Humillar, destrozar y hacer pedazos a conciencia Que falsas las promesas lanzadas, las palabras Hay una sensación de asco, una terrible decepción Un sentimiento que perturba este amor que ha de morir Debe morir, debo matarlo, no importa que muera yo con él. Desde aquí veo la frialdad de sus acciones, Me emborracho el alma para ser inmune, todo falla Esta vida es miserable, nosotros somos un remedo. Que triste no concebir ni reconocer el daño que infliges Caminar por la vida destrozando su