¿CÓMO ESTAS?


Se ha pasado un mes y yo sigo igual que aquel día en que decidiste aceptar mis palabras desesperadas como un hecho. Debo decir que fue, de cierta forma, muy cómodo para ti y demasiado doloroso para mí.
He tenido que pasar las semanas más tortuosas de mi vida y experimentar el dolor más agudo, constante y latente; aún espero despertar un día y ver que todo lo que ha sucedido ha sido no más que una pesadilla, horrible, pero sólo eso.
Aquí sigo igual que siempre, ya lo sabrás, como un ente ausente y ajeno a toda la realidad, perdida por que no deseo encontrarme ni que me encuentren y me he cansado de escuchar frasecillas baratas repartidas por todos mis conocidos.
Que pesado se ha hecho mi amor por ti y que desgraciada me siento en medio de este mundo lleno de colores que he decidido cubrir de gris. Hay un vacío desgraciado que no me deja dormir, comer, ni dejar de recordar que te sigo amando como toda la vida, como siempre, como hace un mes o hace 3 años.
Todo esto me ha dejado enfermedades que han venido a visitarme como reflejo de mi lastimoso corazón herido, como sustitutos de ti o compañía incomoda. Creo que la gente me observa como un animal ajeno a su manada, entiendo, quién querría compartir su espacio con una mujer que respira por costumbre y que ha dejado que su piel blanca se convierta en el lienzo de una tintura un tanto amarilla que le regala un aspecto de muerto en vida.
¡Vaya que he entendido! Después de todo parece que he servido de artilugio simpaticón o de memoria “especial” en esa vida tuya en donde mi condición de “mujer maravillosa” ha venido a incomodarte e incluso he dejado de ser “amor” para convertirme en un simple espacio vacío seguido por tu constante, estúpida y ahora muy común pregunta: ¿cómo estas?

Viviana Nevárez

Comentarios

Entradas populares de este blog

• Me llaman puta •

• Deberían ser ilegales tus caderas •

• De locura nocturna •