• A ti mujer •


No pensarás que te he olvidado
extraño la manera en que hablamos,
amiga, diosa, pero no pude amarte;
a ti mujer de imágenes prodigiosas.

En tus manos encontré tantas respuestas
las que obsequiabas sin pedir nada,
y con el tiempo, ese mendigo; nos traiciono,
no poseo nada de ti.

Pude amarte en otro espacio, lugar,
en un universo distinto; sin prisas…
donde yo no fuese de alas negras, cadáver,
una pequeña que rescatabas.

Si hubiese visto tus caderas con deseo
con esa pasión que une a los cuerpos,
aunque fuera un sólo día; entregarte
más que lágrimas y travesuras.

A ti mujer, de mirada perversa y versos
siempre vasta de silencios, ajena
tan lejana como el intento de ser amantes,
de darnos besos, sexo, amor.

Me hace falta tu amistad en este escenario
el recelo del momento, las discusiones,
a ti mujer, que te has ido ya dos veces
y no sé cómo llamarte sin desaires.

Tal vez, en una noche de otros nombres,

con luces tenues casi oscuridad
me enamoraba de tu hermetismo,
del orgullo que cargas, del caparazón herido.

En este día frío, necesito tu amistad,
la carcajada airosa, el resumen diario
pero no la entrega- ¡no supe qué hacer con ella!-
tampoco tu amor, de mujer… hierático.

A ti mujer, te escribo con un poco de reproche
por el abandono, quizá merecido;
aquí te dejó dicho que te quiero, te procuro:
en cada carta que dejaste y en la promesa que me arrojaste.

Viviana Nevárez

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