• Tu engaño: osadía •


¿Qué hago contigo, tentación?
con tu cuerpo de hombre,
y ese nombre que no eres tú
demonio debiese ser.

Me gusta tu sonrisa tu andar,
pero miento para no amar
ser sólo tu amante, de ocasión,
objeto perdido en tu habitación.

Recuerdo cada noche contigo
entre tus cobijas y tu sexo
la conversación amorfa
¿qué será de tu mujer, tu hermosa?

Ceder o no ceder a tus delirios
y ese beso de humo
llega, se esfuma, siempre;

y bebemos mentiras a escondidas.

En la oscuridad de mis dudas
y la perversidad de tus placeres
ahí nos fundimos los dos,
para desaparecer instantes.

Firmamos contratos, palabras,
ser sólo caricias, desvaríos
e irnos, sin tibieza…
para no enamorarnos.

Nos enredamos, repetidamente
gritar sin gritar, una cita;
y la llamada que jamás llegará
de día, cada día: el engaño.

¿Qué sabrá tu mujer de mi?
de las palabras soeces
de las verdades que omites
de la noche de anoche, osadía.

Viviana Nevárez

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