- Memoria 5 -


Hicimos el amor, toda la noche y al amanecer. Me aprendí cada centímetro de tu piel, cada lunar sujeto en el lugar perfecto, como esperando por algún beso.

Se hizo tarde, cada quien se fue a su sitio, yo ocupe tu cama y tú unas cuantas cobijas en el suelo, una almohada y algún secreto. Como si el espacio entre ambos no pudiese recorrerse, hacerse menos, desaparecer. Y quisimos creer que nadie se dio cuenta de nuestra guerra nocturna.

Sobre tu pecho las huellas del encuentro, letras rojas, negras… poesía mal hecha. A los ojos de los extraños, de los otros, nuestro encuentro no sucedió; pero en tu vientre relajado se escondió la verdad, y en mi pecho, huellas de tu perversidad.

¿Qué hacemos ahora con cada recuerdo? A media noche, las preguntas siempre surgían, y eran los días más largos y era la vida más vida.

Tuvimos sexo, hicimos el amor, pero sabemos que fue más que eso, más que todo, más que siempre… porque a veces te miro suspirar y me reprochas sin decir. Ambos buscamos el por qué. ¿Encontraremos las respuestas?

Me voy, porque hace frío y tú no estás.

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