-Amor en 4 paredes-




Despertó, buscaba con sus manos su cuerpo; no está. Hacía un frío que invitaba a no pararse de la cama, aun así, comenzó el día. Un café con el pelo alborotado, los pies descubiertos. - ¿Qué hora será?- Pensaba, después de cada sorbo.

La casa estaba tan callada que los aparatos parecían quejarse, como si quisieran gritar. Algo lucia diferente, muchos huecos; y esa sensación de pérdida. -¿Y las fotografías? Estaban por todas partes y ahora nada.- Buscó en cada rincón, entre su ropa - ¿Qué está pasando?-

Él no responde el teléfono. Quizás esta tarde habrá un explicación, cuando llegue cansado y tenga que arroparle, contar que el día fue pesado, que la familia y los amigos… Ella le dará un beso, harán el amor.

Hay cajas por toda la casa, ropa tirada, un par de tazas tristes en la cocina, mil pañuelos sosteniendo lágrimas añejas.

Ella da vueltas por la sala, se maquilla el rostro, sonríe. Cierra los ojos, respira.
Una cama,
paredes blancas…
silencio.

Despertó, él no está. Es un recuerdo anidado, el dolor inquilino en el corazón. No murió, ella lo asesino, cada memoria, cada fotografía, y esa casa que nunca fue suya.

Sola, camina sola entre cuatro paredes, le llaman loca porque no olvida…

Cada noche inventa pasiones, cada día la almohada se queja por vivir inundada, impregnada. Ella no está loca, sólo enamorada. él no tiene idea, él no entiende nada.


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