• La costumbre de extrañar •


Se hace costumbre extrañarnos tanto,
apagar el tiempo para intentar regresar;
y es que esperamos tanto un destello de iniciativa:
un beso sin permiso, un abrazo sin razón...
Se hace costumbre, desvanecernos.

Extrañar: ¿Qué clase de tortura es esa?
Sentarse a llorar recuerdos, personas, abrazos,
besos... ¿extrañar? Es un invierno interno, perpetuo.

Coleccionar caricias en imágenes tristes
fotografías cansadas de posar siempre,
de pasar de cajón a cajas de cartón:
basureros mentales, físicos, bazofias.

¡Besos, besos, besos! ¡Abrazos y lágrimas!
la costumbre de extrañar la carne, tibia,
el nexo sexual, lo más cercano al infierno, cielo.

Demorar los fracasos que han de ser inminentes
el fin de un falso amor, el intruso falsificador,
confusiones, esas también se extrañan:
cuando no tienes nada, cuando vives perdido.

Elevar los pies, descansar un rato
por cada calle que hemos re- bautizado,
aludiendo promesas o esperando.

¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde?
porque no hay cosa más frágil que tú y yo
y las mariposas que te adornan el vientre
¡no existen! Es el malestar del fantasma libertad.

La salvaje costumbre de extrañar
enumerar los viajes, las canciones, los versos
¿llevas la cuenta de tus añoranzas?

Todos olvidamos, algo, en algún momento vago
arrojamos a algún océano de dolor los rastros,
la espina sobre la palma de la mano, lo indeseado;
yo deje de extrañar y ahora extraño demasiado.

¡Qué manía tan corriente! ¡Qué voz tan popular!
decir te extraño, extraño, recuerdo:
yo sólo quiero aprender a olvidar, hasta mi nombre.

Viviana Nevárez



Comentarios

cesar ha dicho que…
Oh si la costumbre de extrañar... Te extraño :)

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