• Doble cara •

Una mujer con ganas de vaciar el mundo
creyendo en la ternura y entregando todo
un hombre que lanzó promesas, lágrimas,
y después se marcha buscando otros brazos
de un instante a otro; prostituyendo el amor.

Doble cara mostrando al destino, tristeza,
en sus manos la sangre de un corazón
trozos de carne seca que arranco sin compasión
arruinando todo lo que sin duda le pertenecía
asesinando de a poco el mundo en que vivió.

Engaños disfrazados de culpas y penas,
de juegos a escondidas y roces de otro cuerpo
basura, bazofia y vil cobardía, engañar y huir
regresar pretendiendo ser dueño y señor
en sus manos llagas indicando el temor.

De ella y su rostro pálido, agonía y cataclismo
la sensación de un vacío y utilización, inútil;
estúpida muñeca que en sus brazos cayó,
eternamente convencida, confiando, sonriendo
de aquello que él dio sólo hay veneno.

La ponzoña mata lento, las burlas y desilusión,
doble cara, escondiendo la cruel realidad
un hombre que supo llorar e ilusionar,
una mujer que pudo creer una y otra vez
de risas y chistes, pisoteado amor espurio.

Carencia de todo, ausencia de dignidad y piedad,
por capricho o por orgullo, hiriendo sin razón,
alegando por una amistad insostenible, buscando,
pretendiendo seguir a su lado sin más,
una actitud grosera y egoísta.

En sus manos la prueba de sus constantes injusticias,
de los últimos meses de planeado dolor, asesino,
descarado deseo y actuaciones someras
de relaciones inexistentes y regresos furtivos
putas palabras vendidas al viento, puto amor.

Doble cara y un amor transferido, mutado en segundos
un juego de desear tener todo a sus pies, rasgando,
mudando de cuerpos, asechando bajo lamentos
aceptando errores, pero siempre evadiendo;
de unos brazos a otros. Embustero, te aman y disparas.

Viviana Nevárez