• Desde aquí •



Saturada de sentimientos y emociones
confundida, retraída de la vida, la gente
ajena totalmente ausente; muriendo
en cada esquina cadáveres de ayer.

Restos de besos destruidos, abrazos,
despojos de lágrimas, insultos,
furia reprimida, dolor constante
desde aquí, quema por dentro.

Añoro esa cama en donde dormía
siempre tranquila, segura de todo,
caían besos derepente y sonrisas
un par de brazos apretaban fuerte.

Desde aquí sólo percibo frío
rompe mis huesos y perfora el alma
dicen que tengo alma. Duele,
la ausencia. Dormía tranquila.

En esas paredes me acunaba una voz
un cuento inventado, frases, letras,
un silencio y de fondo su respiración
en un tono medio bajo, sublime.

No luchaba sola contra sombras
no había pesadillas sin consuelos
ni faltaban sentidos en mi cuerpo
desde aquí recuerdo, anhelo.

Ya no duermo y estoy cansada
perdí el apetito, ya no cocino,
mi sonrisa me abandono, me dejó
el mismo día en que desapareció.

Desde aquí, mi infierno, lloro
y siempre tengo frío por dentro
y una tristeza aferrada en mi
ya no hay conversaciones nocturnas.

Se esfumaron los juegos de palabras
las carcajadas sin sentido, los inventos,
murió todo en un segundo, incluso yo,
no hay caricias en mis pies, en la espalda.



Desde aquí huelo el perfume de su piel
la aspereza de su rostro y sus labios
añoro las escenas, los pleitos fingidos
los saltos en la cama, sus ruidos.

Caen los días como años, las horas,
el tiempo se ha colapsado para mi
todo fluye lento y me extingo
no tengo ni frases ni cuentos.

Desde aquí sólo veo insomnio
un cuerpo vacío y destrozado
un alma herida, un corazón roto,
tengo un huracán por dentro.

Hay demonios en mi cuarto,
pesadillas eternas, depresión austera;
tengo poemas muertos y perdones
ninguno me salva y estoy muriendo.

Desde aquí añoro esa cama
el calor de su cuerpo, sus manos,
las cuerdas de una guitarra
mis celos por cada nota que emitía.

Todo se vuelca en mis ojos
ansío notas, cuerdas, guitarras,
canciones y proyectos incompletos
sesiones de fotos y complicidad.

Buscare algo pesado para aplastar
algo que destroce mi extrañar,
afilare un cuchillo para arrancar
mi corazón, mis ojos, mis labios.

Desde aquí, desde aquí, desde aquí,
confieso que las palabras no alcanzan
no puedo decirles cuanto duele
porque “dolor” no es suficiente.

Viviana Nevárez





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