• A ti, hombre feliz •




Consumo mis días pensando en ti
en el tiempo que ha pasado
en las noches juntos
y los años separados.


¿Cómo dejar de extrañarte?
No he querido pensar
en tus ojos obscuros
en tu tibieza nocturna.

Me niego a sentirte
para después perderte
no tenerte ni de amigo.
Cómo decirlo…

Decir que de repente llegas
me visitas de noche.
Decir que invades mi mente
mi tranquilidad impaciente.

¿A qué hora llegaste, hombre?
Si sólo hemos sido sonrisas,
antes miradas curiosas;
hoy, evasivas.

¿En qué momento te siento?
como se siente el frío en la espalda
y la soledad en el pecho,
dime ¿en qué fatídico instante?

Busco pretextos, absurdos, inútiles
para acercarme a tus días
para decir que te quiero…
excusas para salir corriendo.

¿Y cómo le hago ahora?
con la distancia ficticia,
tus miedos y los míos;
¿cómo negar que te quiero?

Cierro los ojos, me pierdo,
para no ser esclava del momento.
Yo no quiero ser mujer fantasma
sentir y que no sientas.

Y qué le hago ahora, hombre,
a ese vicio tuyo de ser ajeno.
Sangre, dolor y humo…
Nostalgias.


Viviana Nevárez

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