• Dame •



Dame un segundo para decir que te quiero y te odio.
Decir que nos gusta llorar. Con lágrimas, de lágrimas,
un beso, un mar. El deseo, esta noche, tu cama, la mía.

De pretexto el calor, este pueblo solitario y absurdo.
De pretexto, decir que te quiero y me gustas; hoy.
A veces mucho otras muy poco. Decir…
que tus ojos me invitan, me incitan; a tus labios besar.

Pero no quiero sonar idiota, soñadora. No deseo,
una respuesta apresurada, amor, caricias vanas.
¡Vete! Sí a media noche no me piensas o extrañas.

Hombre. No he podido decir tu nombre, de día
cuando estás de a poco y luego te vas. Nunca,
nunca has sido agua en mi desierto; ni luna o noche.
A tus brazos les sobra espacio, a los míos les faltas tú.

Con el sudor en el cuerpo, mil palabras en los labios,
un cuento incompleto. Tú, yo… caminos inciertos;
alcohol y sexo. Un día, éste día, debe ser.

Tú, ausente y perdido. Nocivo, casi siempre cautivo.
¿En qué lugar te busco cuando te vas?
Cuando a tus miedos te aferras, cuerdo, sensible;
y espero un minuto para verte llegar. Loco.

Dame una hora, un día, un año. Mil noches contigo,
de camas, tu cama, la mía; de otros. Tocarte lento,
no hablar. No habría que decirte nada, todo lo sabrás.

Abrir tu boca, ceder a tu lengua. Seguro venenosa.
Hambrienta, impaciente por probar tus gestos,
tu molestia ocasional, los celos; la ternura que escondes.
Ansiosa de tus ansias. Dame y trata, un instante nada más.

En tu cuerpo, de tu cuerpo, sobre el cuerpo.
Velas, arriba, alrededor… encendidas, apagadas.
Dame un poco, nada, mucho, siempre nunca. Más.

Viviana Nevárez


Comentarios

Entradas populares de este blog

• Me llaman puta •

• Deberían ser ilegales tus caderas •

• De locura nocturna •