• Compartimos •




Compartí contigo una noche
mil besos sin remordimientos,
escuche tu sonrisa falsa
y el encanto de tus mentiras.


De principio a fin, fuimos amantes
cómplices de una noche tibia,
de abrazos débiles. El amanecer,
llego como un suspiro.

No hizo falta decirte: -te quiero,
nos vemos mañana-. Me fui,
te fuiste. Cómo se va la vida.
A veces ni tu nombre recuerdo.

No quiero ensordecerte con frases
si te has quedado con mi perfume,
y el dolor recostado sobre tus labios;
por esa manía de morderles.

Te di y me diste, las ganas,
todas aquellas que nos sobraban.
Hubo silencio y nada más;
trozos nuestros. Cansados.

Compartimos soledades,
una cama muy usada, con memorias;
de vivos y muertos.
Bastaron sólo minutos para dejarnos.

Ni hola ni adiós, no hizo falta
porque sin uno no hay otro,
y para olvidarnos pronto, ni tu nombre
ni el mío. Por eso es que no recuerdo…

No recuerdo, querido nadie,
qué más fue lo que compartimos
más allá de las caricias, de los besos
y del tiempo. Compartimos sólo el deseo.


Viviana Nevárez





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