• Del odio que no tengo •

Si pudiera dejar de amarte, lo haría

tomar una pastilla contra el recuerdo

que suprima el deseo, las lágrimas,

deshojar mi piel para borrar tus huellas;

fácil, tomaría la dosis sugerida al día.

Escupiría cada te amo al suelo, eternamente,

deseando que tus labios se sequen, mueran

que tus ojos se escurran por tu rostro,

te desangres por dentro y por fuera

que se pudra tu carne por extrañarme.

Que te quedes sin fuerza, se te salgan los huesos

y te falte el oxigeno para hinchar tus pulmones,

ojala pudiera arrojarte al abismo, observarte

ver que te quedes suspendido en el aire

deseando caer para no perecer la agonía.

Del odio que no tengo invento un sentimiento

que mis palabras se quemen en el infierno,

si pudiera hacerte mal, como dices, si no te amara;

si fuera sencillo olvidar tus besos, tu sexo, la locura

cambiaría mi hastío, el sufrimiento permanente.

Si tan sólo no te amará como te amo,

gritaría hasta explotar tus oídos frágiles,

y que tus intestinos se retorcieran todo el día

que al querer tocarla a ella se caigan los brazos,

te muerdas la carne por haberme lastimado.

Del odio que no tengo, mi desesperación,

la causa de mis males tú, quien no se disuelve,

aunque pretenda; que te duelan hasta las uñas

que te quemen tus palabras al hablar, pensar,

que a tus pies les salgan ojos y labios que griten.

Si pudiera desearía que te rasguen los sesos,

que en cada poro te salga un poema nuestro

un gesto y una frase que te haga llorar indefinidamente

y es que espero que te arda la cara y no puedas salir

que le temas al mundo y que todo se te pierda de vista.

Del odio que no tengo tomo la fuerza para vivir

recojo los recuerdos y beso tu retrato, frío, ausente,

por que me dueles, ya lo dije, aunque vivas en mí

por que despiertas a mi lado callado, sonriente

y yo te vuelvo a besar la frente como siempre.

Viviana Nevárez