• Esa mujer •
Un par de senos, conocidos por muchos,
corrompidos como la inteligencia
sometidos como la dignidad, esa mujer;
la que danza sin danzar.
Es una broma triste, de reír o llorar,
tirarse al suelo para no pensar, no ver,
para que no duela la estupidez ajena
la contaminación de ella.
En tus manos cazadoras, temblorosas,
por tu cúmulo de miedo y agonía
y esa coherencia que perdiste
con la vulgaridad de su andar y los rumores.
Esa mujer que es testigo de tu remedo
de su propia ceguera, incluso,
aceptar que eres un muerto que anda
por inercia, por enunciarme y extrañar…
Cada centímetro que no posees, de mí,
cada palabra que le cuesta a ella comprender,
esa mujer que haz de llamar: amor, cariño,
puta, en la cama; para el placer forzado.
¡Ay de tus mentiras que se han cansado!
que cada noche vienen arrastrándose
con tus lágrimas, y tus ojos que se ahogan;
y tu aliento, ese que te falta, te teme.
Debo decir, que no me importa su trajinar
que sé, como tú, que jamás aprenderá a volar
que no conoce tus pérdidas y engaños
que no ha cargado con tus desesperos y rabias.
Esa mujer, la que ha pretendido ser algo,
alguien, que tú entiendes no podrá ser;
la que para sostenerte te incita con lo ordinario
la que no deja nada, para que imagines poco.
A ti, hombre, te ha convertido en hueco
en oscuridad y sollozo, en noches de interrogantes
del hombre que ahora me tiene, de los besos,
de la hora de llegada o salida…
Esa mujer que te cargas como amuleto maldito
como pesadilla eterna, culpa que no erradicas,
esa que has deseado borrar
esa mujer que nunca podrá, siquiera, planear.
Viviana Nevárez
Comentarios
Un abrazo fuerte. Tú que siempre andas merodeando mis locuras.