• De la noche •
Cuando llega la noche, viene
el encanto
la valentía que nos quita la luz de día,
es la espera incesante; adrenalina,
bajo la luna ningún rostro es amigable.
Hay magia debajo de los faros
parpadeantes
algunos moribundos mendigando caricias,
besos que por siempre les han sido negados;
y corazones rotos, y heridas.
Nadie sabe el nombre de
nadie, todo es enigma
el velo que las estrellas otorgan, seguridad ficticia.
Cientos de ojos que intercambian reclamos
al viento, al tiempo que se ha fugado.
La obscuridad trae cuidada la
espalda
de demonios que andan penando, fantasmas;
muertos que caminan de milagro; asesinos…
y también asesinados.
Es el alcohol el remedio de
los locos, olvidados
de los que tienen los brazos vacíos; y el alma.
Es el humo de tabaco, pretexto absurdo
distracción equivoca del payaso errante.
De la noche, un puñado de
mentiras
frases disfrazadas de verdades eternas,
amistades fugitivas y traiciones momentáneas;
un sorbo, probadita de nada.
La danza perversa, cuerpos
flotando
trozos falsos de humanidad. Mascarás,
de noche el engaño se confunde con la realidad;
con lenguas y cantos al cielo que ruge.
Llora, la noche llora, por
cada segundo que alargamos
entre amapolas y roces. De diablos, de ángeles,
de toda ese invento que se llama vida
de copas, tragos amargos y espasmos en secreto.
Viviana Nevárez
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