• Ni de broma •
Que ni de broma
te encuentre,
ni por accidente.
Eso pienso y pido cuando voy a Tijuana
y camino a lo largo de las calles.
Que nadie me vea,
ni tus amigos
o enemigos.
Pero mis pies reconocen tus pisadas
y las calles que antes transitamos, gritan.
Tu nombre, tu nombre por todas partes,
tu ausencia haciendo presencia;
tus besos de entre la gente; salen
y luego, luego se esconden.
Tijuana, ciudad
vecina. Ni tuya ni mía
pero sí de los recuerdos, juntos;
de la mano que sostenía la mía.
Música, arte, tránsito y caos.
Me acerco con
temor a las aceras
buscando no encontrar ningún indicio,
ignoro las huellas, los olores y algunos sitios;
volteo a otra parte, suspiro. Hoteles, bares, canciones.
Que ni de broma
te vea…
sostener otra mano, salivar otros labios,
sujetar en tus brazos cuerpos livianos;
me digo en silencio ¡ni de broma!
Ando, siempre he
dicho que ando
y estoy. Como ese algo que respira
con la tristeza bajo la cama;
queriendo, necesitando; olvidar.
Que ni de broma te acerques
pidiendo perdón, otras mil veces,
que nadie sepa que no te odio;
Tijuana, testigo y víctima de mis delirios.
Viviana Nevárez
Comentarios