• Opuestos •


En el espiral de tu ombligo
se esconde la luna,
con ese deseo de ausencia;
de morir sobre tu vientre.

A las once de la noche
tus piernas son caminos
un puño de recuerdos,
y abruptas consecuencias.

No voy a perderme en tus ojos
o en el reclamo de tu cuerpo,
no accederé a tu propuesta;
de ser amantes y no opuestos.

Pero voy a fumar de tu boca
el humo absurdo que exhalas,
rescatar ese beso
que se ahoga entre tu lengua.

No seré tu amante, dispuesta,
ni tu mujer de ocasiones,
seguro tu pesadilla
tu reclamo e ironías.

Opuestos, uno en cada esquina
y tu voz pidiendo abrazos.
Hoy escribo en tu pecho, demonio;
porque es demonio como te llamo.

Soy de tu boca, tu ebria boca,
y de tus labios prestados.
Pero somos opuestos, siempre;
opuestos embonando.

Viviana Nevárez






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