• Obscuridad •
Siempre que tengo sexo, amo,
debajo de las sábanas, te amo.
Con las luces apagadas, sedientos,
me enamoro entre penumbra.
Cuando la luna se asoma a la ventana
yo grito que eres mío, y eres mío,
qué importa que mañana seas de otra;
o despiertes en su cama, dolorido.
Dios vive justo bajo tu vientre
entre tus piernas, sobre tus muslos,
pilares que sostienen tu orgullo;
ahí nacen y mueren, arcángeles.
En ese momento te beso, te muerdo
y olvido tu nombre, hombre;
para dejarte ser libre, volamos.
¡Siempre volamos!
Entre campos de amapolas,
nos decimos todo. Te vas, me extrañas
y yo espero que pronto regreses;
para llenarme de ti, para tenerte.
Yo sé que al pasar el hechizo,
cuando la luz aparece; es coger.
¡Coger, coger, coger!
Pero a obscuras le llamamos amor.
Viviana Nevárez
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