• Aquí va tu nombre •
Hombre,
no voy a contarte toda mi vida
tú no la necesitas. Ni a mi me sirve.
Tienes en tus manos mil sueños, cuentos
locos y desesperados. Un tanto inciertos.
¿Cómo decirte que pienso que te quiero?
Y digo pienso, por qué sentir no deseo,
que te quiero. A veces más a veces menos.
Te entiendo y no lo hago. Te extraño en mis silencios.
Somos
nada y eres nadie
me digo todos los días.
Palabrería que sostiene este juego
para aceptar que eres etéreo.
Sólo
escribo tu nombre
para que nadie descubra cómo te pronuncio,
para que nadie vea que de noche te enuncio.
Ebria, sola… te recuerdo.
Escribo
versos sin verso, susurro sin ritmo,
sin sentido. Ya nada queda de ti,
nada de tu nombre, bandido.
Secretos que nos compartimos, fantasías.
Aquí
va tu nombre, hombre. A veces niño.
Tú no sabes mucho pero entiendes
de los azares de la vida, ironía del amor;
comprendes que el alcohol es cura y compañía.
Quimérica
compañía. Como la de tus amantes,
mujeres pedestres que les das y te dan besos.
A escondidas, creyendo ingenuo que a mis ojos eres ajeno.
Mentiras, pequeñas, que inventamos.
Cuándo
sabrás que no ha sido justo.
Llegar, quedarte y después huir;
regalarme besos y noches interminables.
Fingir luego que somos instante.
Un
instante que alongamos con caricias,
noches, risas y licor. Y me digo tu nombre
¡Aquí va tu nombre!
En suspiro y tiempo, me quedo.
Contigo
y sin ti, el descontento.
Pues yo no quiero quererte, no quiero…
Aquí va tu nombre, y lloro. Para dejar la demasía,
porque eres hombre, ni mío ni de nadie. Hombre.
Viviana
Nevárez
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