• Caricias vanas •


Sobra la mitad de la cama, una almohada,
todas mis ganas y algunas caricias vanas
me acurruco con el cobertor rogando calor
la aspereza de la soledad me incita a soñar:

En vos he encontrado llanuras y desiertos,
húmedos labios traviesos y embusteros
ávidos engaños impacientes por nacer
entre piernas enredadas entre calor y miel.

Caricias vanas o desesperadas, que anhelan
frases adjuntas en cada suspiro, gemidos,
y el deseo vulgar de saberse perdido, afanoso,
entre la transgresión moralista y la exaltación.

Un par de gritos, la descarga sublime, sensual;
de aguas pretenciosas, llanura de tu piel
escombro de tus ganas perpetuadas en mi ser
de arremetidas fantasías y hambrienta ansiedad.

Caricias vanas y volver a comenzar, destellos,
silencios entre el caos y el orden; nuestro Big Bang
creando, destruyendo células de mar, melodías
entre temblores de dos cuerpos; sexo y convulsión.

Agotados naufragando entre abrazos eternos
minutos que mueren ahogados entre la piel
cadáveres del ayer, recuerdos de hoy, olvido,
el olvido de mañana.

Vanas, tan vanas como tu ausencia, hosquedad,
recorrerte en sueños tibiando mitades, versos;
usurpando tus manos con las mías, pretendiendo
caricias desesperadas, frías.

Déjame dormir, insomnio, vete sigiloso y pronto
que tengo una cita esta noche y la siguiente
de caricias vanas a trascendentes, fijas;
barbas descuidadas y caderas prolijas.

Viviana Nevárez

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