• Desde mi ventana •
Desde mi
ventana observo
el cantar de las aves al amanecer,
unos niños, tristes, corriendo;
y el mismo perro sin hueso que roer.
el cantar de las aves al amanecer,
unos niños, tristes, corriendo;
y el mismo perro sin hueso que roer.
A nadie le importa ya el silencio
la perversión o el ocio,
en un mundo a todo tiempo
no hay tiempo para perder.
Desgastar
minutos en un beso
haciendo el amor o teniendo sexo
acciones, actos que no generan ingreso;
desde mi ventana observo…
haciendo el amor o teniendo sexo
acciones, actos que no generan ingreso;
desde mi ventana observo…
Orgasmos
contenidos en las camas
debajo de las sábanas, tensas;
ni una arruga ni huella alguna de guerra.
Ya no hay combates de cuerpo a cuerpo, desnudos.
debajo de las sábanas, tensas;
ni una arruga ni huella alguna de guerra.
Ya no hay combates de cuerpo a cuerpo, desnudos.
La noche llega
y se abren los bares
lugares que señalan como infiernos,
es el edén de los solitarios;
el alcohol cobija cuando hace viento.
Desde mi ventana observo, la copa vacía
el cosquilleo en mis labios
ansiedad por sentir un beso, acariciar un cuerpo;
brutal, bestial; un salvaje que diga: ¡a veces, te quiero!
Aquí no hay espacio para las caricias
para los espasmos prolongados,
los encuentros se guardan en agenda.
¡Hasta las putas se privatizan!
lugares que señalan como infiernos,
es el edén de los solitarios;
el alcohol cobija cuando hace viento.
Desde mi ventana observo, la copa vacía
el cosquilleo en mis labios
ansiedad por sentir un beso, acariciar un cuerpo;
brutal, bestial; un salvaje que diga: ¡a veces, te quiero!
Aquí no hay espacio para las caricias
para los espasmos prolongados,
los encuentros se guardan en agenda.
¡Hasta las putas se privatizan!
¿Le llaman a
esto infierno?
¡Esto es el cielo! La moral con doble cara,
¡Pensar, pensar, pensar! ¿Cómo piensas sentimientos?
Desde mi ventana observo, demonios con cara de ángel.
¡Esto es el cielo! La moral con doble cara,
¡Pensar, pensar, pensar! ¿Cómo piensas sentimientos?
Desde mi ventana observo, demonios con cara de ángel.
Viviana Nevárez
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