• No puedo •

• No puedo •



Esconderme para no verte cuando despierto
amarrar mis dedos y no tocarte, no puedo,
cometer la desdicha de seguir viviendo
como quien roba a un niño su primer recuerdo.

Ahogarme bajo la almohada para no gritar
que despiertes aunque no amanezca y mueras
morirnos para ser justos, para acabar con todo
para comenzar el vuelo.

Es que no puedo retener tus caricias nocturnas
en un costal ya rasgado, en un beso amordazado;
verter entre tus muslos las culpas, néctar y pecado,
para olvidar que me tienes y te tengo.

Entre amapolas y nubes grises, fabricadas
bajo la luz de las velas y algunos matices, andar:
como quien pierde las huellas de un falso destino
por circular devorando versos abortivos, malditos.

No, porque se derrumba el tiempo que no tengo
el que se acaba aunque no exista, lento, seguro,
para recordarnos que somos que fuimos,
que tal vez estamos o somos sólo espectros.

No puedo decirte que existo y carcajearme
para fomentar tus desplantes y reafirmar mi locura
reaparecer de la nada para convertirme en todo,
no, porque se funden mis huesos y verás el hastío.

No puedo y me quedo en silencio para evitarme
confundirte y confundirme, ser remedo de miedo,
¡basta! Y es que no puedo e intentó, por eso…
suspensivos, punto.


Viviana Nevárez

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