• Cuando se trata de hablar de ti. •



Cuando se trata de hablar de ti
ya no se qué decir. Habló en pasado
de lo bello, de algún vago recuerdo
e intento sofocar lo que hemos dañado.

En plural, para no hacer de esto culpas
aunque los precedentes te acusan
y todos mis sentimientos. Incluso odio,
rabia, infelicidad... lo más triste. 

No encuentro lugar donde esconderme
o donde huir de tus desdenes, de tus estupideces,
y puedo leer todos tus te quiero,
creerlos, tomarlos; pero no puedo quedármelos.

Cuando se trata de hablar de ti, me diluyo
casi casi me omito. No quiero pensarte,
porque pensarte es dolerme
y me duele andar sufriendo siempre.

No es justo, saber que no te hecho mal
sentirme mal, saberte herido. 
Yo no fui quien rompió el delgado hilo
quien convirtió el amor en castigo.

Noches enteras buscaba tus manos
y encontraba la mitad de la cama vacía,
la música siempre encendida
y nuestros corazones en silencio.

Cuando se trata de hablar de ti,
eres buen mozo, coherente,
y escondes la locura para parecer decente.
A veces odio conocerte. A veces...

Y sinceramente no puedo. No quiero.
En tus ojos no me veo. Y te quiero sólo
porque eres razón de la razón de mi vida;
agradezco el regalo pero ha sido mutuo. 

Nada te debo. 

¿Qué cosa quieres que diga del amor?
Si yo soy de las que aman a muerte
y se dan con cuerpo, alma, letras y dientes
por eso los finales atroces. Agonizantes.

Después de todo, después de tanto
hay amores que no hacen bien
y a mi tu amor me hace mal.
Yo... te amé con  locura, así en pasado. 

Te amé cada noche de insomnio
y con cada poema al que le puse tu nombre,
jamás mentí sobre mis sueños
pero debo aceptar que hice mal en soñarlos contigo.

Nada podemos hacer con el tiempo
ni con las heridas punzantes, 
no hay disculpas ni perdones
que hagan desaparecer las acciones.

Pero el motivo era otro
y no regreso contigo,
no por falta de sentimientos
si no por exceso de amor... propio.

Cuando se trata de hablar de ti
prefiero no hacerlo.
Dicen que las cosas buenas se atraen
pero las malas se invocan.

El amor no es un yo-yo
uno no va y viene al antojo,
ni el corazón olvida ni la dignidad
se deja.

Viviana Nevárez

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