• Yo no puedo… •



Yo no puedo darte cuando no estás para recibir,
y no puedo hacer de tus costumbres, recuerdos.
Que yo no puedo, o no deseo, hacer de tus amores
una nube gris en este cielo; tan solo espero ser en ti
lo que soy y no ser lo que otra fue.

Espero que no me cambies el nombre, por lo que tú quieras,
ni me digas amor ni me digas princesa
porque el amor es un suspiro, pocas veces eterno casi siempre mutante;
y las princesas son de cuento. Eternas desesperanzas.

Que no recurras a la perpetua excusa,
la confusión tan grande, lo simple de ser y estar;
en ti no hay simplicidad y en mí no hay coherencia
si te quiero, ya te quiero, aunque no quiera quererte.

Si te beso es porque te quiero, bonito te quiero
y en tus ojos veo más que locura,
no hay simpleza en quererte; no hay demencia.
En tierra de los eternos ausentes no hay remedios.

De madrugada yo puedo ser susurro, el desvelo
horas interminables de silencio. Y todo lo que callo,
y todo  lo que guardo entre mis labios,
que yo no puedo darme para no llorar cuando te marches.

Y aquí en mi soledad y en mi guarida. Espacio improvisado,
aquí entras y te quedas a esperar. Tu recuerdo, el suspiro vago
y el ansia de no poder amar todos tus desatinos.
Que no puedo, y no deseo, ser razón de tu razón de no querer amar.

Amar es un espejo, amarte para amar. Amarme para amar,
de espejos y reflejos. Yo en ti me veo y tú en mi te vas…
Vehemente el capricho de tenernos, en un juego perecedero;
de palabras, de embriaguez y de noches que al amanecer habremos olvidado.

Viviana Nevárez

Comentarios

Entradas populares de este blog

• Me llaman puta •

• Deberían ser ilegales tus caderas •

• De locura nocturna •