Filósofa filosofa
Hace tiempo que no me sentaba frente a mis pensamientos. A pesar de la insistencia por auto flagelarme con el fin de no escupir más de las barbaridades que suelo escribir, convertí mis pensamientos en una masa que atrofio mi cabeza y se llevó consigo mi estado anímico regalándome a cambio una magnifica y muy conveniente “enfermedad”, depresión.
Momentáneamente me convertí en un adorno de mi casa, algo empolvado y ya muy macerado, pero al fin útil. He de confesar que las circunstancias en las que estamos viviendo como ciudadanos, estado-nación son muy deplorables, pero no radica ahí mi problema; sino en la completa falta de interés hacía lo que esta sucediendo.
Vivimos entre matones y matados, entre pistolas y balas entre ignorancia e ignorados. Me aferro a tratar de saltar toda esta miseria que nos asedia, pero a cada rato tropiezo con la realidad. La historia ha ganado terreno y los hechos no tienen vuelta hacia atrás, yo mientras me como las uñas intentando disipar un poco mi intranquilidad, me ahogo entre lagrimas sin razón y sin aviso… a veces me falta la respiración.
Apagar las luces cada noche y amarrarme a mi colchón no lograr que mi cabeza encuentre la solución… sólo quiero ver el final… sentarme a llorar, escribir y tratar de sobrevivir.
Viviana Nevárez
Comentarios